«Fue como una pelea de las que a veces se ven por televisión en El Raval, de Barcelona (antiguo barrio chino) con cuchillos y navajas», han descrito, alarmados, vecinos de Dalt sa Quintana que en la madrugada del lunes escucharon primero y vieron después la reyerta multitudinaria entre varios jóvenes españoles y otros de origen magrebí en la que se utilizaron al menos dos machetes y otro objeto contundente para agredirse.
Las consecuencias de la trifulca fueron dos heridos con cortes en el cráneo y en una mano, y un joven de 23 de años, de Ciutadella, detenido por atentado a los agentes y por ser el presunto causante de esas heridas con arma blanca.
El hombre ha quedado en libertad provisional tras declarar el miércoles ante la jueza del Juzgado 1. En esa comparecencia solo se abordó el delito de atentado a un policía al que agredió cuando pretendía huir. Su abogado, José de Juan López, defendió ante la jueza la presunción de inocencia puesto que el detenido aseguraba que el policía se había caído cuando le perseguía. Lo cierto es que el agente ha sufrido una lesión grave en el brazo que le puede mantener unos cuatro meses de baja.
La pelea se originó cuando el joven que resultaría arrestado se dirigió a la casa de sus oponentes, entre ellos varios hombres de origen magrebí, para reclamarles una deuda económica. Lo hizo acompañado de su hermano pero cuando llegaron al domicilio de Dalt sa Quintana fueron recibidos con violencia por los habitantes de la casa, originándose la reyerta en plena calle.
El joven declaró que él no portaba los machetes, mientras la Policía Nacional sostiene que trató de ocultarlos cuando advirtió la llegada de los agentes. El cuerpo policial mantiene la investigación abierta aunque ya tiene identificados a la mayoría de los que participaron en la violenta pelea en la vía pública.
Ni el presunto agresor, que también sufrió una herida en un dedo por la que tuvo que ser atendido en el Canal Salat, ni los dos magrebíes que recibieron los cortes en el cráneo y en la mano, respectivamente, han presentado ninguna denuncia por los hechos acaecidos en esa barriada de Ciutadella.
La Policía Nacional, no obstante, sigue adelante de oficio con las diligencias, y mantiene la acusación del delito de atentado por la agresión al agente herido, en concurso con el de lesiones. Sobre el resto de delitos por las heridas con arma blanca de dos de los implicados en la pelea, amenazas y riña tumultuaria, todavía se hallan en proceso de investigación a la espera de las citaciones testificales de los participantes.
9 de Noviembre de 1987 Antonio Rodríguez Maestre, de 39 años, mató ayer de 22 puñaladas en una calle de Ciudadela (Menorca) a Encarnación Fortes Ojeda, de 45 años y madre de 13 hijos, con quien convivía desde hace varios años, según informaron fuentes policiales. Una vez cometido el crimen, Antonio Rodríguez se dirigió hacia la comisaría de policía con un cuchillo ensangrentado y coincidió en el camino con varios agentes que acudían a detenerle tras ser alertados por los vecinos