Los cambios tecnológicos, la irrupción de la inteligencia artificial y la aplicación de la confusa nueva Ley de Eficiencia han afectado a la profesión de la abogacía. Así lo admitió ayer Martín Aleñar, presidente del Ilustre Colegio de Abogados de Balears, en el marco de la celebración de la fiesta anual de este organismo en Menorca.
La reunión de los letrados de la Isla, en la sede de la delegación colegial, en Maó, sirvió además para homenajear a dos letrados veteranos menorquines que han alcanzado los 25 años de profesión, el ciutadellenc Francisco Marqués y el mahonés Carlos Salgado. El primero de ellos también reflejó en su intervención ese creciente desánimo por estos mismos cambios, en especial el de la nueva normativa que da protagonismo al mediador antes que al abogado.
En presencia de varias autoridades locales y de representantes de la judicatura insular, el presidente balear destacó que el escenario actual es complicado para la abogacía porque se ponen en tela de juicio los principios, aumentan las agresiones a los abogados, «y el secreto profesional o la presunción de inocencia, esenciales en nuestra profesión, se cuestionan incluso por quienes más deberían defenderlos», dijo.
En relación a la nueva ley, señaló que sus primeros efectos impone, sin preguntar a los operadores, una nueva forma de actuar. Pese a sus buenos objetivos, destacó, es poco clara e imprecisa, genera distintas interpretaciones y por tanto, desigualdad e inseguridad jurídica. Con todo, lo peor, añadió es que «ha empezado a descabalgar a los ciudadanos con menos recursos de su derecho a la tutela judicial efectiva». Según Aleñar, el Ministerio de Justicia aún no se ha preocupado de establecer un sistema que garantice el acceso de los usuarios a la justicia gratuita, a los Medios Alternos de Solución de Conflictos, «y menos aún de pagar a los abogados de oficio si son ellos quienes asumen esa vía previa extrajudicial».
Por todo ello, admitió, es lógico el desánimo «que puede empezar a asomar en algunos», pero es entonces, subrayó, «cuando el concurso de la abogacía es más necesario siendo diligentes en la lucha contra la discriminación, la arbitrariedad o el desamparo», a partir de una profesión que, pese a todo «es la mejor del mundo»
Un año más, la reunión de los colegiados menorquines permitió entregar a Càritas un cheque solidario de 2.500 euros que recibió su director, Lorenzo Lafuente Mir.
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