Dos carpas municipales de gran tamaño, propiedad del Ayuntamiento de Es Mercadal, desaparecieron el pasado domingo tras haber sido utilizadas en dos lugares distintos del municipio, cedidas por la propia Corporación.
Las dos telas con sus correspondientes soportes se habían instalado en la calle des Pla de Ses Eres, por un lado, y en el santuario de El Toro, por otro. La primera de las actividades correspondía a una fiesta de la Associació de Veïns. En el caso de la ubicación en El Toro fue utilizada para la tradicional marcha solidaria contra el cáncer, organizada por la Asociación Española contra esta enfermedad, que concluía precisamente en la cima de la montaña tras haber salido los participantes desde la plaza Pare Camps, del núcleo urbano.
La brigada municipal había trasladado el mismo sábado ambas carpas a las dos localizaciones donde iban a ser instaladas. Cuando las dos actividades finalizaron fueron recogidas por los organizadores para que el lunes, como es habitual, volviera a pasar la brigada municipal y las recogiera en los mismos lugares.
Sin embargo, el domingo las dos carpas ya habían desaparecido, lo que sugiere que los amigos de lo ajeno que se apropiaron de ellas tenían claro el robo que iban a perpetrar.
Las dos carpas, de distribución cuadrangular, están valoradas en 1.000 euros cada una, y por el momento no hay sospechas sobre quién puede estar detrás del hurto. El Ayuntamiento ha indicado que no hay cámaras de seguridad próximas que pudieran haber captado el momento en que se produjeron las dos sustracciones.
La Associació de Veïns d’Es Mercadal, en sus redes sociales, ha solicitado colaboración ciudadana para recuperar las dos carpas, toda vez que son propiedad de todos los residentes «pagadas con nuestros impuestos». Incluso instan a quien o quienes las hayan cogido, que todavía están a tiempo de rectificar y sugiere el parking de la piscina municipal para que las puedan dejar. Al tiempo incorpora el número de teléfono 614652465, de la asociación, para quien pueda aportar alguna información al respecto.
Si yo pongo una, me exigirán permisos, y multas si no la retiro cada ocaso. Parece que la pereza de quitarla a diario dió frutos a algún amigo de lo ajeno.