La fiesta de Halloween que promocionaba una de las discotecas con mayor tradición en la zona de ocio de Es Pla, de Ciutadella, el pasado viernes, quedó abortada con prontitud debido al amplio dispositivo policial que llevaron a cabo agentes de la Policía Nacional con la colaboración de los de la Policía Local de la ciudad. El propósito principal de la intervención era comprobar el acceso de menores de edad a la discoteca, así como la posible expedición de bebidas alcohólicas a quienes todavía no hubieran cumplido los 18 años.
Al menos entre 20 y 30 agentes, han señalado testigos presenciales, participaron en la redada llevada a cabo en el interior de la sala y junto a la entrada donde los policías llegaron a identificar a 147 menores de edad, entre ellos, 19 adolescentes comprendidos entre los 14 y los 16 años. La Policía Local levantó las actas correspondientes, aunque el responsable de la discoteca indicó ayer a este diario que todavía no ha recibido las propuestas de sanción.
La normativa estatal, que también recoge la Ley balear 7/2013, artículo 24, y las propias ordenanzas prohíbe la expedición de bebidas alcohólicas a menores de 18 años en estas salas, bajo ningún caso, de hecho tienen prohibida la entrada a locales donde se venda alcohol, pero en muchas discotecas se permite haciendo constar en el ticket o con un sello, que se trata de un menor para evitar que se le puedan servir bebidas alcohólicas cuando va a la barra. Los menores de 14 a 16 años, pueden acceder excepcionalmente, solo si van acompañados de un adulto tutor y, como máximo, hasta las 2.
Las identificaciones el viernes en esta sala de Ciutadella se hicieron tanto a chicos como a chicas, pero además, a ellos se les cacheó por si portaran sustancias estupefacientes. La redada también contempló una inspección de trabajo al personal del establecimiento, ha señalado su propio responsable, sin que advirtieran anomalías.
Los clientes eran conducidos en grupos de cinco en cinco hasta la entrada del local y allí los policías realizaban las identificaciones y los registros. La Policía Local estableció un cordón de seguridad frente a la discoteca para facilitar las tareas encomendadas, es decir, verificar el cumplimiento de lo que establecen las ordenanzas municipales.
El dispositivo, situado en la entrada de la discoteca en la que una hora antes se había formado una larga cola para acceder a ella, se prolongó hasta pasadas las 4 de la mañana. Interrumpida la música, por razones obvias, y con ella la fiesta, los responsables de la discoteca ya no volvieron a abrirla cuando los policías hubieron completado su trabajo. Al día siguiente el aforo se resintió por las secuelas de la redada del día anterior que provocó una oleada de comentarios entre jóvenes y menores de Ciutadella.
Afectados y algunos padres de los que habían adquirido su entrada ya han reclamado a la discoteca la devolución del importe de la entrada, que variaba en función de la antelación con que se había comprado, entre los 6 y los 25 euros.
Cada vez hay menos espacio para los jóvenes en Menorca, sobre todo en invierno. Pero incluso en verano, Menorca no se considera muy atractiva para los jóvenes. No es de extrañar que todos huyan a la península o a Berlín en cuanto pueden. Una isla como Menorca debe ser un lugar de alegría y unión. Las leyes y normativas son demasiado estrictas, pero los políticos tienen que ser limpios y no atreverse a retroceder. Dejemos que la juventud sea juventud y que la policía se ocupe de los grandes problemas. No es culpa de los agentes...