Fue una muerte cruel la que sorprendió al hombre peruano de 67 años que se hundió con una furgoneta Renault Kangoo instantes después de salir del barco «Margarita Salas» en Son Blanc. Ocurrió minutos antes de las 21.30 horas del jueves cuando, por causas que investiga la Guardia Civil, el conductor se alejó del carril que conducía a la salida del puerto y acabó precipitándose al mar sin que fuera posible rescatarle con vida. La zona tenía una escasa iluminación.
Los tres bomberos del parque de Ciutadella que se sumergieron con bombonas de oxígeno encontraron el vehículo completamente volcado, con las ruedas hacia arriba y la luna delantera quebrada. Antes lo habían intentado al menos cuatro empleados de Baleària, que como se ve en el vídeo que encabeza esta noticia, se lanzaron al agua, turnándose instantes después de que la furgoneta cayera al agua y se hundiera en segundos.
Fue el cabo del turno, integrado por los seis profesionales que cubrieron el servicio, quien extrajo al hombre a la superficie, ya sin vida. El coche se había equilibrado tras tocar fondo, a 10 metros debajo del agua, lo que permitió al bombero abrir la puerta izquierda sin dificultad y sacar el cuerpo.
El hombre, que ya había fallecido, tenía sangre en los nudillos de sus manos, de lo que se desprende que hizo todo el esfuerzo que pudo para salir del habitáculo de la furgoneta.
Los bomberos aún permanecerían al menos un cuarto de hora bajo el agua, buceando en un perímetro de 25 metros alrededor del vehículo para descartar que hubiese más víctimas ante la confusión inicial hasta que Baleària confirmó que la reserva era de un solo pasajero.
Otros tres bomberos aguardaban en la superficie, junto al resto de efectivos del 061 y Emergencias, mientras el médico y los sanitarios de dos ambulancias, más otro facultativo del Canal Salat le realizaban maniobras de reanimación, sin éxito, durante casi 45 minutos.
Levantamiento del cadáver
Fue necesario que la forense se personara en el muelle, para el levantamiento del cadáver, junto a la Policía Judicial de la Guardia Civil, para que los tres bomberos volvieran a tirarse al agua en medio de un frío intenso y engancharan el vehículo a la grúa de grandes dimensiones aportada por Valeriano Allès SA, con la que izaron la furgoneta hasta la superficie a las 23.37 horas. De esta forma dejaban libre el espacio de ataque para no interrumpir el tráfico marítimo de este viernes. La tragedia, en todo caso, ya estaba consumada.
Que pagan ala familia que son pobres latinos DEP