Desde hace unos años, el cocinero Doro Biurrun tenía la buena costumbre de acordarse de los más necesitados cuando llegaba la celebración de las fiestas navideñas. Así, se ponía el delantal con sus colaboradores y preparaba unos menús solidarios con el sello personal de su cocina. Con el paso del tiempo, y viendo la situación que se vivía, el chef se ha decantado este año por pedir la colaboración del sector de la restauración.
La llamada ha surtido efecto, y buena prueba de ello fue la presentación ayer en Es Mercadal de la acción solidaria, ahora bautizada como «Un menú para la Nit de Nadal». A la propuesta de Biurrun se han sumado otra docena de cocineros o restaurantes:Tomás Cano (Royal Son Bou), Lidia Barber (Es Bruc), Miquel Mariano, Miquel Sánchez (Smoix), Sol Pons (Hotel Jardí Ses Bruixes), Joan Bagur (Rels), Ses Voltes Espai Gastronòmic, Patrick James (Pan y Vino), Carlos Juanico (Chef Juanico), Sonia Sintes (blog Simfonia al meu rebost), Dani Florit (Ca N'Aguedet) y Silvia Anglada (Es Tast de na Silvia).
Se trata de una acción que en esta nueva etapa promueven también la asociación cultural y gastronómica Fra Roger junto a Caritas, y al que se han sumado también diferentes proveedores, como Sa Cooperativa del Camp, la Cooperativa San Crispín, Agroilla, Formatges Quintana, S'Hort des Ponty Diskont.
Toda esa suma de esfuerzos ha permitido que de los 150 menús que se cocinaron el año pasado se pase esta Navidad a 350, una propuesta culinaria que ya se ha comenzado a preparar y que se repartirá entre las sedes de Caritas el próximo viernes.
Un menú con productos de la tierra
Un comité de socios de Fra Roger ha sido el encargado de confeccionar el menú solidario. Una propuesta culinaria «sencilla», dice Antoni Juaneda, pero no por ello menos atractiva y apetitosa, que cuenta además con el atractivo de estar elaborado por algunos de los chefs más destacados de la Isla. La marca de la casa está presente en el menú, en el que predominan los productos de la tierra. La propuesta es una crema de verduras con aroma de queso de Menorca y un cordero estofado con frutas, un guiño a Fra Roger, ya que se trata de una de la propuestas incluidas en su tradicional recetario. Como postre, el elemento menos menorquín del menú, un brownie de chocolate.