«Que el mar está repleto de plásticos no es ninguna novedad, pero es mucho más grave de lo que parece». Y para muestra, una tortuga. O dos, Ona y Estreta, dos galápagos salvados in extremis en la costa del levante de Mallorca, que han sido víctimas de la basura y desechos que abundan en el mar.
«A una platja que no hi va sa gent la mar treu sabates, corda, fusta i politilens, torrents de plàstics i canyes». Lo dice Joan Miquel Oliver en «La mar treu sabates», una canción de denuncia a la que se refiere Felipe Robles, el patrón de embarcaciones que durante varios años ha trabajado en el servicio de limpieza del litoral en Menorca. Él es quien impulsa esta campaña en Change.org, a través de la cual denuncia el postureo de las instituciones ante una problemática que considera que no se están tomando tan en serio como debieran. «Las embarcaciones facilitadas por el Govern, Abaqua (Agència Balear de l'Aigua i Qualitat Ambiental) y FCC (Fomento de Construcciones y Contratas) están en un estado lamentable, tienen averías continuas, producen diariamente vertidos de aceite al mar y su sistema de recogida de resíduos es del todo ineficaz. Además, decidieron prescindir del monitoreo/seguimiento de las manchas de plásticos que se hacía antes con una avioneta (pese a su efectividad)», algo que facilitaba su recogida por los equipos desde el mar.
Pero la denúncia va más allá. «En una reunión previa a una campaña de limpieza he visto cómo se invitaba a los trabajadores a limpiar solo las aguas que están de cara a la galería, sin importar las demás». Y cita textualmente: «Debéis cubrir la zona, es decir, navegar del punto A al punto B, da igual si no bajáis las canastas de recogida de plásticos al agua». Eso es, «centraros en limpiar los plásticos de las calas populares a las que van los turistas, esas son las que necesitamos bien transparentes, las demás nos dan igual».
Para Robles, el sistema de limpieza del litoral es mejorable, pero es que además propone otras cuestiones, como la implicación del sector pesquero. «Es fundamental en cuanto al uso de materiales de origen sintético. Se debería fomentar volver a los cabos de origen natural, biodegradables y que, sobretodo, no flotan». Ni tampoco «usar poliexpán para los capcers, en las fotos se ven pedazos azules. Y también aprovechan embalajes de electrodomésticos. Es un desastre», lamenta. Y es que son muchas las especies que se ven afectadas por esta sinrazón de plásticos que flotan en el mar. «Alevines de pez ballesta, jureles, peces piloto, castañuelas, seriolas, pulpos, caballitos de mar, cangrejos, ostras, almejas, erizos, percebes, mejillones, nudibranquios, langostinos, pulgas de mar, garrapatas de mar, algas, diatomeas y más. Todos viven en el plastico, se fijan a el literalmente, otros lo usan como refugio para acechar, y otros como balsa salvavidas. Por no contar los accidentados como las tortugas u otros», concluye señalando también a los palangres como causante de muchas muertes y mientras espera que su campaña llegue a buen puerto y conlleve medidas reales y efectivas.