Aunque el fin de semana no ha dejado tanta precipitación como se preveía en un principio, más allá de algunos chubascos tormentosos que han descargado de forma puntual, sí se han dejado notar los efectos del viento. Las rachas que el sábado llegaron a los 48 kilómetros por hora y la subida del nivel del mar por el oleaje han propiciado que la arena de la playa de Son Bou haya vuelto a retroceder.
Si a principios de verano la situación ya era preocupante en la zona central del arenal y hacia Talis, las imágenes captadas ayer muestran como la pasarela peatonal ya discurre totalmente sobre el mar y el espacio para las concesiones —sombrillas, hamacas y velomares— se ha reducido a la mínima expresión.
El viento también ha derribado algunas ramas, como en el parque de la plaza Son Expedit de Ciutadella, que ha tenido que ser acordonado, y el aumento del caudal del torrente de Cala en Porter ha llenado de agua la zona central de la playa.
Las temperaturas, por su parte, han caído estos días una media de diez grados.