Los Amics de la Mar - Port Maó han completado este año los trabajos para la recuperación de cuatro embarcaciones, la llanxeta «Olica», los bots «Ramón» y «Hermanos Carreras» y la tèquina «Pajaritas». Una labor que se ve recompensada para los integrantes de la asociación, en el momento que las naves regresan a su hábitat natural.
Y es que no hay mejor lugar para estos testigos de la historia que el mar. Así lo entienden desde la entidad que preside Tòfol Mus, que trabaja continuamente para la recuperación de embarcaciones que llegan a sus manos. «No todas se pueden restaurar para volver al mar», apunta, refiriéndose a casos como la bolitxera «Palmira», una embarcación de 7 metros «para la pesca amb bolitx, y ésta es la única que queda en Balears».
Meses de trabajo
Cada bote ha requerido varios meses de trabajo, los que se realizan en un paraje espectacular como son las pedreres de Robadones, situadas en la frontera entre Maó y Es Castell. «Aquí hay un microclima, ni demasiado húmedo ni demasiado seco, que ayuda a que la madera sea bastante inalterable», explica el poeta y letrista de temas imprescindibles de la canción menorquina, como «Escolta es vent».
«Los Amics de la Mar recuperamos barcas artesanales, suelen ser donaciones de particulares para evitar el desguace y su coste». Trabajo, como el realizado este año con la «Olica», «Hermanos Carreras», «Ramón» y «Pajaritas», que llevan a cabo «con las cuotas de los socios (una cuarentena) y pequeñas ayudas del Consell o el Ayuntamiento de Maó». Todo, para «recuperar el patrimonio marítimo de Menorca».
La labor de los Amics de la Mar - Port Maó continua infatigable, siempre con nuevos proyectos, como el denominado «Talassa», para rehabilitar dieciocho embarcaciones, o para la mejora del estado de la bolitxera «Palmira» «No hará falta mucha inversión», calcula Mus, quien, no obstante, ve imprescindible la implicación de las instituciones, con ayudas para la recuperación del patrimonio naval tradicional.