Las procesiones del Encontre, que se organizaron en Alaior, Es Migjorn Gran, Maó, Es Mercadal, Sant Climent y Es Castell; el canto del Deixem lo Dol; y la Eucaristía en la que se conmemoró la resurrección de Jesús marcaron este domingo el final de los oficios y las celebraciones de la Semana Santa.
En Maó, la procesión -con la salida de la imagen de Cristo resucitado de la iglesia de las Concepcionistas- y la posterior misa solemne en Santa María, con la participación de las cofradías mahonesas, fueron presididas por el obispo electo, Gerard Villalonga.
La fe y la alegría pascual
En la homilía, el nuevo obispo de Menorca, que será ordenado el 22 de abril en la Catedral, manifestó que «con esta procesión del Encuentro y con esta solemne misa de Pascua, los cristianos de Maó nos unimos a la Iglesia que proclama al mundo su fe y su alegría pascual».
A continuación afirmó que «hemos expresado nuestra fe» y felicitó «de todo corazón a los católicos de Maó, y especialmente a los miembros de las distintas cofradías de la ciudad, porque a través de estas manifestaciones de la piedad popular nos han ayudado a vivir más a fondo las celebraciones y a dar a conocer el amor infinito de Dios a los hombres y mujeres de nuestra ciudad a través de la muerte y de la resurrección de Jesucristo».
Villalonga Hellín destacó el hecho relevante y nuclear de la resurrección de Jesús, tras su pasión y crucifixión, que los católicos menorquines han vivido con intensidad esta Semana Santa: «sin la resurrección, el nacimiento del cristianismo y de la Iglesia se convierte en un misterio aún más difícil de explicar que la resurrección misma», proclamó.