A pesar de que la banda musical Va Gros ya ha recorrido las calles y plazas de Maó hasta en once ocasiones, a su director, Jordi Cardona, no deja de sorprenderle que un pequeño proyecto de amigos haya llegado a convertirse en un elemento más de las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia.
Con sus legendarias camisetas amarillas, la agrupación realiza un itinerario por los puntos más céntricos, alegrando a residentes y visitantes con su cancionero de música popular menorquina.
El bar Infanta es, sin duda, el campamento base de la banda. ¿Por qué siempre se relaciona a Va Gros con este establecimiento?
—Fue en este local donde comenzó todo. Éramos un par de amigos y surgió la idea de juntarnos para tocar y cantar allí casi cada semana durante el verano de 2010. A los dueños del Infanta, Pepi y Paco, también les gusta mucho la música y las fiestas, así que estábamos en el lugar adecuado.
Al principio, solo eran tres guitarristas pero se fue sumando público que quería participar. Al año siguiente, en 2011, decidieron salir a cantar por las calles de Maó. ¿Cómo se organizaron?
—En ese momento éramos pocos, unos cuantos amigos nuestros y conocidos que también iban al bar Infanta. Preparamos un cancionero e hicimos camisetas. Creo que en aquel primer recorrido llegamos a ser unas 20 o 30 personas. El itinerario se ha ido oficializando con el paso de los años y salimos siempre el mismo día, a las seis o siete de la tarde. Cuando empezamos no estaba tan organizado.
¿Existe algún tipo de requisito para unirse al grupo?
—Uno de los aspectos que más me gusta de Va Gros es que no tenemos inscripción ni lista de participantes. No existe un formulario para saber cuántos somos. Lo único que pedimos a la persona que quiera unirse es que compre la camiseta, que está a precio de coste, no ganamos nada con su venta. Sabemos que hemos vendido más de mil camisetas desde que empezamos y que cada año se venden unas 100, pero hay gente que adquiere varias para regalar o las compran para renovar las que ya tenían, así que es imposible guiarse por esos números. Creo que somos unos trescientos pero no podemos saberlo sin una lista.
Entonces, no hay límites de edad ni selección por tipos de voz.
—No, no seleccionamos a la gente, la entrada es libre. Este año, por ejemplo, contaremos con un grupo de niñas que ha querido unirse. También hay personas mayores. Con los músicos sí que hay cierta selección pero estamos abiertos a la entrada de instrumentos nuevos. De hecho, este año se unirá un señor que va a tocar los bongos. Esta edición será la que tendrá un mayor número de músicos hasta ahora. Seremos unas dieciocho guitarras, tres acordeones, tres percusionistas, y una pequeña banda de trompetas, trombones, flautas, tuba y saxo que nos acompañará en algunas canciones.
Actualmente han llegado a juntarse cerca de 150 personas en los ensayos. ¿Cómo se coordina una agrupación tan extensa?
—Movilizar a tantas personas no es fácil y cada año somos más. A los ensayos no asisten todos a la vez, la gente va rodando. ¡Yo, como director, admito que no conozco a la mitad! Todos los miércoles durante el verano nos juntamos para cantar en el bar Infanta, lo hacemos desde 2010. En invierno es solo una vez al mes. De cara a preparar la actuación de las fiestas, ensayamos todos los martes de agosto en el Orfeó Maonès. Ese ensayo es más serio, para tener una base con los músicos, y es donde acuden las personas que están más involucradas.
Y, ¿qué hay del repertorio? ¿Cómo se seleccionan las canciones?
—El repertorio es de diez canciones y cada año intentamos cambiar dos o tres temas. Nos gustaría introducir algo menos tradicional así que en estas fiestas, como novedad, vamos a cantar varias canciones del Dúo Dinámico. Hay temas que son fijos porque no pueden faltar, como «Sa cançó des Va Gros», que se ha convertido en el himno del grupo; «Festes de Gràcia», «Himne a Menorca», o «Pensando en ti». Luego están los popurrís: el llamado «Golden Girls», en el que incluimos canciones de los años 60 y 70, y el de rancheras. No las cantamos todas en cada lugar donde paramos, excepto en el Ayuntamiento, ahí sí que tocamos todo el repertorio.
Uno de los protagonistas de Va Gros es el carro que acompaña al grupo en todo el recorrido.
—Sí. Siempre llevamos un carro con pomada y agua para quienes vienen a vernos y también para los músicos y cantantes de la banda. Ponemos una hucha para que la gente dé la voluntad. Desde luego, el carro se ha convertido en un elemento más del grupo, ¡sale en casi todas las fotos! También tenemos productos del grupo como abanicos, bolsas, o pines, que se pueden comprar en el mismo carro o en el bar Infanta.
Debe resultar muy gratificante que la iniciativa de un par de amigos haya llegado a unir a tantas personas, tanto a quienes participan en el grupo como a quienes se acercan a ver a la banda cada cinco de septiembre.
Yo siempre digo que esto es el resultado de algo que se nos fue de las manos y hemos podido organizarlo para convertirlo en lo que es. Hasta el punto de que el día del pregón ya nos nombran y nos consideran una parte más de las fiestas de Maó. Estamos muy contentos y orgullosos.