Este mes de septiembre es fácil ver en las playas, costas y aguas submarinas de Menorca medusas huevo frito, así denominadas por su aspecto cuando se les ve por la cara superior. Además de ser de gran tamaño son espectaculares por sus colores blanco, amarillento, naranja y violeta.
Es importante advertir que no es un animal peligroso puesto que se trata de una especie poco urticante y como con cualquier animal en libertad, se recomienda dejarlas en su hábitat natural, es decir, no sacarlas del agua puesto que morirían.
Esta medusa, también llamada aguacuajada, es endémica del mar Mediterráneo, aunque se ha detectado algún individuo aislado en el Mar Rojo y en el Océano Atlántico.
Esta semana se han visto muchas en aguas de Na Macaret, Addaia, Mongofra y también en las playas de Es Grau y Sa Mesquida. Y durante este verano se han observado y fotografiado también en otros puntos de la costa menorquina, por ejemplo en la playa de Macarella, en Son Bou, entre Cala en Porter y Cales Coves o cerca de Binibèquer Vell.
Su presencia es una señal más de la biodiversidad existente en Menorca, que es la Reserva de Biosfera con la superficie marina más grande del Mediterráneo, siendo el mar el 85% de la superficie total de la reserva, con una gran importancia de patrimonio natural sumergido.
Cómo viven
Una característica muy llamativa de la medusa Cotylorhiza tuberculata, por su nombre científico, es la parte superior o umbrela que puede medir hasta 30 centímetros de diámetro. Su forma y colores recuerdan a un huevo frito, con una elevación semiesférica central como si fuera la yema del huevo, aunque bastante más grande que el de una gallina.
En la cara inferior de la umbrela se encuentra la boca y ocho brazos con numerosas protuberancias terminados en botones azulados, violetas o blancos.
La medusa huevo frito es una especie pelágica, que habita tanto en aguas profundas como en la costa. Aunque puede nadar por su propia motricidad, está sujeta principalmente a la corriente o viento dominante y por ello es más probable encontrarla en las playas que reciben el viento dominante en cada jornada. Son planctotróficas, es decir que se alimentan de plancton, organismos que flotan en aguas dulces o saladas.
Al ser prácticamente inofensivas se pueden fotografiar sin problemas, tanto en aguas poco profundas de las playas o desde una embarcación así como en actividades subacuáticas, para captar su belleza, con todos sus colores y formas.
Se reúnen a veces en grandes bancos de muchos individuos y también se la observa junto a peces jóvenes de pequeño tamaño que se refugian bajo sus brazos y tentáculos.