Ropa de cama a poco más de cinco euros, vaqueros a apenas diez, descuentos de hasta el 60 por ciento en abrigos, blusas y vestidos… La decimonovena Fira de Stocks, organizada por la Asociación de Comerciantes de Menorca (Ascome), ha arrancado este viernes en el Recinto Ferial de Maó con grandes rebajas y precios que llaman la atención de un público muy interesado desde el comienzo de la jornada.
«La feria es muy interesante porque pasa un gran volumen de gente que a estas alturas del invierno sería muy difícil encontrar en la tienda», afirma Lino Pons, gerente de la tienda de ropa urbana Traib de Ciutadella. Lo cierto es que desde las 10 horas de la mañana, momento en que Espai Menorca ha abierto sus puertas, los visitantes se han ido agolpando en los diferentes estands para echar un ojo y, por qué no, hacerse con alguna ganga.
Estos precios tan bajos sirven para «deshacerse» de todo aquel género que ha quedado obsoleto de la temporada anterior. «Ahora llega la nueva temporada y hay que pagarla. De esta forma, nos quitamos de encima el stock sobrante, lo que nos sirve para obtener liquidez y traer la nueva colección», explica el propio administrador de Traib.
El objetivo: venderlo todo
«Justo se lo decía a mi compañera hoy antes de venir: ‘Vamos a poner las prendas incluso más baratas de lo que teníamos pensado porque así nos aseguramos que vamos a venderlo todo'», señala una convencida Tina Bagur, regente de la tienda Ecológica de Menorca, la cual también se ubica en la localidad de Ponent. Al igual que ocurría con Traib, a ellas también les va muy bien la feria porque supone un importante empujón para «quitarse género de encima».
«Siempre vengo y me gusta mucho el sitio. Es un ambiente muy divertido y pasa mucha gente durante todo el día», revela Antonia Lozano, gerente de la Boutique Infantil de Sant Lluís que está a punto de jubilarse y que espera que su nuera, quien trabaja con ella, mantenga la presencia en la Fira. Al igual que el resto, Lozano también tiene la intención de «vender aquellas prendas» que le quedan «anticuadas» en su establecimiento, lo que al mismo tiempo sirve como método de captación de clientes. «La gente ve cosas que tienes expuestas en la feria y tú le comentas lo que pueden encontrar a mayores en la tienda física», explica.
En definitiva, la feria es un gran escaparate que cumple a la perfección con su función: dar salida al stock fuera de temporada para adquirir artículos de las nuevas colecciones. La propia Lozano comenta que es «mucho mejor» que los mercadillos que se organizan en varios municipios y a los que acude con asiduidad. «Estás en la calle, a lo mejor hay viento y lluvia como hoy… ¿Qué haces? Vas allí, lo montas y a lo mejor no vendes nada. Tienes que quitarlo todo e irte con las manos vacías. En cambio, aquí dentro te dan muchas facilidades, estás a cubierto y son tres días. Siempre acabas vendiendo algo», resume.