Ha sido situada entre las mejores series de Netflix y se ha convertido en un auténtico fenómeno intergeneracional en clave Lgtbiq+ que reflexiona sobre la identidad y el amor. «Heartstopper», la serie británica de drama y romance adolescente basada en la novela gráfica creada por Alice Oseman, ha conquistado a millones de espectadores con referencias explícitas a Menorca.
Y es que el segundo capítulo de la tercera temporada, estrenada el pasado 3 de octubre, incluye escenas que evocan paisajes menorquines grabadas realmente en Mallorca. Bajo el título de «Home», el capítulo relata el viaje de uno de los protagonistas de la serie, Nick Nelson, interpretado por Kit Connor, a Menorca junto a su familia durante tres semanas.
Sin embargo, ese viaje solo se produce en la ficción: todas las escenas que supuestamente están grabadas en Menorca son, en realidad, escenas que se han rodado en la isla mayor del archipiélago. A modo de ejemplo, el supuesto Aeropuerto de Menorca que aparece en las imágenes es el exterior del polideportivo Guillem Timoner de Felanitx.
En el mismo capítulo se ve al protagonista paseando por las calles de un pueblo aparentemente menorquín y subiendo las escaleras de una iglesia para acabar sentándose frente al portal. Aunque las imágenes evocan Ciutadella y la Catedral, realmente es la iglesia de Santanyí. En este mismo municipio se grabó, también, otra escena que recrea las playas menorquinas, cuando realmente se trata de Cala Llombards.
«Heartstopper» aborda una trama de romance adolescente Lgtbiq+ y sus desafíos ante la sociedad.