El Foro Marino que este pasado jueves concluyó su sexta edición en Maó puso de manifiesto que Menorca cuenta con cerca del 35 por ciento de Áreas Marinas Protegidas con el 0,31 por ciento de protección estricta, un claro ejemplo que la Isla, y Balears en general, destaca por tener el mayor porcentaje de preservación máxima en el conjunto de España. Por su parte, Txema Brotons presentó su propuesta de declaración para crear una Área Marina Protegida en la zona norte de la Isla, al tratarse de un área de cría de cachalotes.
Menorca es la isla balear mejor posicionada para el cumplimiento con los compromisos 30X30, aunque el responsable de medio marino del GOB-Menorca, Víctor Carretero, subrayó la falta de planes de gestión que se solicitan para ello. «Si contamos todas las figuras de protección que tenemos alrededor de la Isla, tenemos un 65 por ciento del mar territorial con figuras de preservación. Si sumamos la parte marina de la Reserva de la Biosfera entonces tenemos un 100 por ciento del mar territorial de Menorca con algún tipo de protección, pero tener algún tipo de estas figuras no es suficiente para alcanzar el compromiso 30X30 ya que se solicita, además, planes de gestión», subrayó Carretero.
Irene Estaún moderó la mesa redonda celebrada en el Claustre del Carme, en Maó.
Además, el técnico del GOB aseguró la existencia en la Isla del 35 por ciento con figuras de protección con planes de gestión, aunque matizó la efectividad de dicho porcentaje ya que el Canal de Menorca, que sería la extensión más grande, «solo dispone de un único plan de gestión que prohíbe la pesca de arrastre en una zona muy pequeña, por lo que no se alcanzaría el 35 por ciento», aseguró.
Cachalote
Por su parte, Txema Brotons, director científico de Tursiops, una entidad de investigación marina que estudia los cetáceos y sus amenazas en Balears, subrayó la necesidad de crear un Área Marina Protegida bajo la denominación de «Área de cría de cachalote del Norte de Menorca», por lo que presentará a las administraciones implicadas una propuesta de declaración de protección efectiva que preserve la referida área marina.
En este sentido, Brotons contextualizó el valor ecológico de la especie como regulador de las poblaciones de aguas profundas y minimizador del cambio climático y, por otro lado, introdujo el novedoso concepto de «cultura no humana» para referirse a los aspectos culturales intrínsecos del cachalote. «Como animales culturales que son, poseen una diferenciación del lenguaje, que se transmite entre individuos. Es decir, los sonidos que emiten para comunicarse entre ellos en el Mediterráneo son diferentes a los de sus primos atlánticos. Su conservación no solo implica la del animal en sí, sino también esos aspectos culturales», señaló.
Noelia Hernández, ocean policy consultant de Oceana Europe, destacó que la evidencia científica constata que las áreas marinas bajo protección estricta son significativamente más eficaces que las de protección parcial, observándose «un incremento en la biomasa, una mayor riqueza y densidad de organismos y la recuperación más rápida de los ecosistemas». Hernández señaló que un ejemplo de protección estricta en la Isla es la Reserva Marina de Interés Pesquero (RMIP) de la Illa de l’Aire, en Sant Lluís.