¿Cuántas ficciones caben en una biblioteca? ¿Y cuántos recuerdos e historias? Esas son algunas de las preguntas que plantea una innovadora iniciativa cultural de la que ya se puede disfrutar en la Biblioteca de Maó y que lleva por título «Poètiques de l’espai: l’arxiu i la balena». Se trata de un recorrido guiado a través de un vídeo mediante el cual los visitantes pueden adentrarse en la esencia del edificio desde una perspectiva diferente.
Quien desee participar en esta aventura inmersiva tan solo necesita un teléfono móvil, unos auriculares y el código QR que le proporcionarán en el propio centro de lectura. Con esos elementos podrá recorrer la biblioteca siguiendo los pasos que le indica un cortometraje que ha sido ideado y rodado por Dionisio Sánchez Loring en la dirección creativa y Endika Izquierdo en la dirección artística.
Ambos fueron también los encargados de realizar todo un trabajo previo de documentación. Un proceso durante el que realizaron varias entrevistas a los trabajadores del centro cultural para recoger sus experiencias y sensaciones al respecto. «Les preguntamos cómo les gustaría pensar en una biblioteca hipotética o si en alguna ocasión habían soñado con ella», relata Sánchez.
Y así fueron viendo la luz testimonios que de alguna forman se ven reflejados en los 15 minutos de metraje de la pieza audiovisual. Fue precisamente de esas charlas de las que surgió el título de la actividad inmersiva. Al parecer, alguno de los entrevistados compartió su visualización de la biblioteca como una especie de barco. Otro rememoró cómo una vez soñó con la presencia de una ballena en el edificio. Elementos que, conectados, remitieron a los creadores a la que sin duda es una de las novelas más famosas de la literatura universal, «Moby Dick», de Herman Melville.
El itinerario de «Poètiques de l’espai: l’arxiu i la balena» comienza a las puertas de la Biblioteca, en la Plaça Conquesta. El punto de partida de un recorrido que transita por espacios bien conocidos del edificio, pero también por otros que no lo son tanto, como el archivo de la planta superior. El sistema, explican sus creadores, permite abordar la visita desde una doble perspectiva simultánea, la real y la del cortometraje, al que se han ido añadiendo diferentes elementos y sonidos. «El espectador, a través de las diferentes capas, puede ir generando su propia experiencia sensorial», explica Sánchez.
En el camino, los participantes transitan por espacios en los que aparecen diferentes elementos históricos, físicos, simbólicos y humanos ligados al edificio. Un proyecto que «bebe de experiencias audiovisuales contemporáneas que expanden la concepción del teatro, la instalación y la performance en espacios escénicos no convencionales», explican sus responsables.