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Un experimento de consecuencias devastadoras: por qué casi desaparecieron las lagartijas de la Illa dels Porros

Un estudio desvela los motivos del colapso de esta especie única, endémica y muy vulnerable

La lagartija balear (Podarcis lilfordi), una especie muy vulnerable y en riesgo de extinción

| Es Mercadal |

Hace varias décadas un grupo de cabras domésticas fue introducido de forma ilegal en el islote de Sanitja, el punto más septentrional de la Isla y del Archipiélago, ante la costa de Fornells. La acción o experimento, llevado a cabo por un payés, según estiman desde el IME, y sin autorización oficial, alteró de forma radical un ecosistema hasta entonces prácticamente intacto, según concluye y desvela un informe, «Efectos de la introducción de un herbívoro en un lagarto en peligro de extinción», del que se han hecho eco las publicaciones especializadas «European Journal of Wildlife Research» y «Nature».

La génesis del problema se remite a mediados de la década de los 80 del siglo anterior, cuando un grupo de cabras fue introducido, sin ningún tipo de autorización oficial, en la isla de Sanitja, también conocida como Illa des Porros, enfrente de Cavalleria, en Fornells. Lo que en principio no fue más que un mero experimento, a priori inocuo, ha terminado por comprometer y poner en serio riesgo el equilibrio ecológico de la zona.

La presencia de una colonia caprina en Sanitja provocó una reducción drástica de ejemplares y un cambio en el patrón alimenticio de la lagartija balear

La causa, que la presencia en ese islote forneller de la población caprina, cuyo primer ejemplar fue detectado en 1989, alcanzó un cenit de 17 individuos entre 1992 y 1997 y desapareció de modo definitivo en 2005, provocó un colapso en una especie única, endémica y muy vulnerable, la lagartija balear (Podarcis lilfordi).

Este reptil, que previo a la llegada de la cabra a la isla de Sanitja presentaba unos índices de densidad y de reproducción muy elevados, durante siglos basó su alimentación en una dieta muy concreta, compuesta de néctar, anteras y polen, sobre todo de hinojo marino.

Pero a partir de que se estableciera la colonia caprina, la lagartija balear fue decreciendo en cuanto a número y presencia, sin obviar el consiguiente impacto en la vegetación del islote. Además, se alteró el patrón alimenticio del reptil, que se vio en la necesidad de ampliar el mismo, pasando a uno más diverso pero menos eficaz, dada la reducción de los recursos vegetales, mayormente consumidos a partir de entonces por las cabras.

Por añadidura, las poblaciones de insectos de Sanitja, dependientes de esa flora y fauna, también sufrieron por esa invasión caprina, dado que las lagartijas pasaron a consumir presas terrestres como gasterópodos y tijeretas, a lo que también responde el modelo de forrajeo –que es el proceso de buscar, explorar y manipular alimento por parte de los animales.

El citado informe documenta asimismo una perturbación, no menor, del vínculo simbiótico entre la lagartija de Lilford y el hinojo marino. No en vano, previo a la introducción caprina en Sanitja, el 70 por ciento del contenido fecal en verano correspondía a partes florales, lo que hacía del reptil un polinizador determinante de la planta; esa interacción, posteriormente, se redujo drásticamente.

Sin embargo, citan los autores del estudio que una vez las cabras fueron retiradas, hace ahora un par de décadas, se ha apreciado una recuperación gradual, ya sea en la densidad de las lagartijas como en el retorno a su dieta original o a su función polinizadora. Si bien dicha resiliencia quizá no alcance nunca el cien por cien, ya que incluso las especies más adaptables pueden cruzar un umbral ecológico irreversible, sin vuelta atrás, si la presión se mantiene demasiado tiempo.

Panorámica de Sanitja o s’illa des Porros, delante de Cavalleria, que hizo de banco de pruebas. | Katerina Pu

Paradigmático

En suma, la isla de Sanitja, lo sucedido en la misma, vale de paradigma sobre cómo la incorporación de una especie, aparentemente insignificante, puede tener consecuencias impactantes, devastadoras, en un ecosistema insular frágil, como también refleja la importancia de erradicar especies invasoras para proteger la biodiversidad autóctona y preservar relaciones ecológicas únicas, como esta lagartija en su entorno vegetal.

Cabe tener en cuenta que España destaca como uno de los países con mayor biodiversidad del planeta, y solo en la Península se estima una presencia de entre 60.000 y 70.000 especies animales, ya sean vertebrados o invertebrados, pero la biodiversidad insular es más diversa y frágil, precisamente por el componente aislacionista durante miles de años, ante lo que cualquier viraje o cambio brusco en su entorno incluso puede situar algunas especies en riesgo de extinción, como el caso que nos ocupa de la lagartija balear.

Sin dejar de tener en cuenta que otros estudios indican que en los islotes donde hay cabras, las poblaciones de lagartijas se han reducido drásticamente o directamente han desaparecido. Y es que no únicamente es un tema que altera lo alimenticio, aun siendo el principal, sino también que la pérdida de esa cobertura vegetal aboca al reptil a una mayor exposición a los depredadores y a un sol extremo.
En definitiva, y lo más preocupante de las consecuencias de ese experimento, es que la Podarcis lilfordi es una lagartija casi única en el mundo, su evolución ha estado determinada por un aislamiento de cientos de siglos y su desaparición, que realmente la ha merodeado durante las últimas cuatro décadas, además de un desastre para el hábitat y la zona, significaría una pérdida irreparable para el patrimonio menorquín y balear.

4 comentarios

manu menorca manu menorca | Hace 7 meses

... no todos los payeses tienen "seny" de serie...

user Pedro | Hace 7 meses

Sargantanes cony

M28030 M28030 | Hace 7 meses

Muy interesante la explicación de las consecuencias. Mi pregunta es por qué lo hicieron? Qué pretendían? En qué se sabe o se supone que consistía su desastroso experimento?

user Nordico | Hace 7 meses

¿Cabras???? ¿En serio??? ¡Qué estúpido puedes ser! Se sabe que las cabras son insaciables. Además comen literalmente cualquier cosa. Hasta que todo quede vacío.

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