Las Festes de Sant Jaume de 2025, que en la tarde-noche de hoy viven su primer ‘jaleo’, serán de lo más emotivas para Pili Borrás y su caballo Tem. No en vano, tras más de dos decenios formando binomio en incontables fiestas patronales, fundamentalmente en Es Castell, ha llegado el momento de clausurar ese trayecto. La causa, la artrosis que manifiesta el equino, y cuyos achaques, evidentes desde hace algunos meses, aconsejan su retiro de tan exigente cometido.
«Es un momento un poco triste, pero que sabíamos que algún día iba a llegar», comenta al respecto Pili Borrás, propietaria de Tem desde poco después de su alumbramiento. «Nació el 20 de marzo de 2000 y a los tres meses lo desmamaron para que pudiera comprarlo; yo tendría 18-19 años», añade y evoca Borrás sobre los inicios de lo que terminó por ser una relación de auténtico amor, tal y como escenifica la bella epístola que le ha dedicado esta semana al caballo en las páginas de este diario.
«Se merecía la carta, es un caballo superseguro, con el que nunca me he caído; me ha llevado estando embarazada, en plena ‘cuarentena’... nuestra conexión ha sido muy especial, muy bonita», prosigue la dueña y criadora de Tem.
Primeros síntomas
Hace unos meses, advirtió en la sintomatología y gestos del caballo que algo no funcionaba. Las pruebas y consiguiente diagnóstico no dejaron margen para la duda; la artrosis estaba haciendo mella en las patas y cuerpo del jaco. «Notaba que no estaba bien, me lo hizo ver... una vez tuvimos la confirmación, decidimos que no saldría más en las fiestas», relata Pili con tono afligido. Eso sí, Tem disfrutará de su particular despedida. «Este año saldré con otro caballo, que no es mío; con Tem cogeré la última caña y haré ‘es darrer toc’, será un modo de rendirle homenaje», precisa su ama.
La nueva vida de este caballo de 25 años de edad será acorde a la estima que le profesan Pili Borrás y su familia. «El caballo vive en libertad, en una ‘tanca’ de 5.000 metros, de mi padre –el más antiguo ‘cavaller’ de Es Castell, fiestas donde su hermano también ha participado, como lo hace ahora su ahijada–, que le cuida, y además le hemos puesto un fisioterapeuta para poder mitigar los efectos de la artrosis, y come un forraje especial», relata Borrás.
Por último, la propietaria de Tem confiesa que incluso ha disfrutado más con él en el día a día que en las fiestas, si bien eso no será óbice para que este «Sant Jaume» albergue el adiós que se merece. Tem se jubila. Se despide un clásico de «ses festes».