Es habitual durante las estaciones de primavera y verano que los polluelos de diferentes aves caigan del nido. Cuando sucede en plena naturaleza, el problema no suele ir mayores, pero si ocurre cerca de los centros urbanos, la actuación de los humanos es fundamental para que los animales sobrevivan. Una tarea en la que desde hace años trabaja el GOB Menorca, a través del Centre de Recuperació de la Fauna Silvestre, en colaboración con Consorci per a la Recuperació de la Fauna de les Illes Balears (Cofib).
Los responsables y colaboradores de ese proyecto son los que durante semanas «hacen de papás y mamás» de las crías de mussol (búho) desamparadas, explica desde el GOB su coordinador insular, Sergi Marí. Y una vez conseguido el objetivo de sacarlas adelante, tiene lugar desde hace muchos años cada verano un acto simbólico en la montaña de El Toro.
La cima más alta de la Isla se convirtió ayer un agosto más en el lugar elegido para celebrar el éxito de ese trabajo por la fauna. Cuando comenzaba a caer el sol se liberaron hasta 17 ejemplares de mussol en una temporada en la que se ha requerido una gran actividad al haber rescatado 25 aves, algunas de las cuales ya se habían dejado en libertad con anterioridad, mientras que otras tendrán que seguir esperando. Un volumen notablemente superior al de veranos anteriores: el año pasado y en 2021, por ejemplo, se liberaron solo ocho búhos.
El encuentro para la suelta, explica Marí, obedece principalmente a dos cuestiones. La primera es un acto de agradecimiento a todos los voluntarios que han colaborado en el proceso de cuidado y recuperación de las aves. Y es que hay que tener en cuenta que la atención no se lleva a cabo solo por personal técnico y especializado, sino también por colaboradores altruistas, que en muchas ocasiones son quienes acercan los polluelos al centro de recuperación.
Por otra parte, continúa el coordinador insular, el objetivo es concienciar de que «los animales que viven cerca de nosotros necesitan atención» y que «cualquier colaboración ciudadana para que un animal herido llegue a nuestro centro siempre será muy bien recibida». Sirva como dato que el año pasado el Centre de Recuperació de la Fauna Silvestre atendió a cerca de 1.300 animales de diferentes especies.
De alguna manera, el mussol se ha convertido en todo un ejemplo de la labor desarrollada para preservar la fauna. Un ave con una población estable en la Isla, pero también vulnerable, recuerdan desde el GOB.
Mussol: en castellano Mochuelo; si no vaig errat