Fue un pregón emotivo y evocador. Tanto como entretenido y distinto, puesto que recurrió a la ilustración y al dibujo como complemento al clásico y tradicional parlamento. Tampoco debió sorprender, dado que ha sido ese –el dibujo, la viñeta– el instrumento y recurso más identitario y distintivo desde hace ya medio siglo del escogido como pregonero de las fiestas de Sant Lluís 2025, Juan José Zacarías Guerra, conocido a nivel local y nacional como Zaca.
Ilustrador, dibujante, humorista gráfico, historietista... son diversas las variantes, todas con un punto artístico y comunicativo en común, que Zaca ha sublimado en las muchas décadas que ha dedicado a lo que desde su más tierna infancia destacó en él como una auténtica pasión: dibujar.
Y en suma, lo que junto a una actividad profesional que en esencia y prácticamente al completo desarrolló en «Es Diari», a cuya redacción se incorporó en calidad de maquetador a finales de los años 80 del siglo anterior –tras previo paso por Ultima Hora–, argumentó y justificó de sobra su elección para anunciar en este 2025 el inicio de las fiestas patronales de Sant Lluís, población que hace mucho tiempo escogió e hizo suya para residir junto con su mujer Sol, autóctona del lugar, y su hijo Lluís.
Presentación
Con su aspecto afable, entrañable, cercano... Zaca abrió el acto después de la presentación, que resultó una puesta en escena cómica, en que un par de actores simularon un ‘pastisset’ y una cabezudo que de modo sutil –y poco velado– lanzaron diversas ‘puyitas’ a la clase política con su alusión a controvertidos temas de actualidad en la localidad de origen francés, como las obras, el conflicto del Splash, los problemas del geriátrico, los contenedores inteligentes...
Unos dieciséis minutos después, merodeando las 20.20 horas, Loles Tronch, y luego de que se hiciera entrega de los premios a los mejores manjares de las cenas vecinales de este año, tomó el micro y tras un breve discurso concedió el foco, ya sí, al protagonista de la velada, el gran Zaca.
Dominando desde el escenario que se alzó ante el edificio consistorial del Pla de Sa Creu –por cierto, abarrotado por sus vecinos y amigos– y ataviado de una elegante camisa hawaiana, Zaca tiró de la cronología de su sexagenario ciclo vital y de personas que se han cruzado en el mismo y a partir de lo que consolidó su relación con Sant Lluís para establecer el hilo conductor de un discurso que brilló por ameno, entretenido y divertido. También sentido, sobre todo como cuando se refirió a su esposa Sol y a su hijo Lluís, del que siente «gran orgullo», o citó rostros como los bessons de Torret, Damián de La Rueda –y sus deliciosas tapas– o su suegro, Bernat ‘es senyalero’, gente imprescindible para dar comprensión a lo que ha sido y es la blanca población que se aloja al sur de la Isla. No en vano, Zaca insistió y reiteró que de su interacción con ellos consolidó gran parte del concepto que tiene del enclave.
Hijo de farero de origen gaditano, con ese humor nada pesado que siempre le ha caracterizado, Zaca arrancó varias carcajadas a los presentes, por ejemplo al mostrar un dibujo siendo él niño y sobre cuál fue el primer ser del municipio con el que tuvo contacto; una sarganta negra, habitante tan singular y exclusivo de la Illa de l’Aire –tras el faro de Punta Nati, segundo destino paterno en la Isla y suyo por extensión.
En verdad, ahí empezó, en mitad de los años 60 del siglo anterior, su conexión con la población de origen francés. A posteriori, el pregonero de Sant Lluís 2025 abundó en su percepción, muy arraigada en él, de lo que es Sant Lluís y su gente; «un sitio perfecto para vivir, para la familia, amigos... y en que sus habitantes forman eso, una gran familia».
En ese contexto, invitó a los presentes y a toda la población en general a «aprovechar estas fiestas para recuperar ese espíritu de familia» por el que antaño tanto se reconoció el lugar. Llegaron algunas imágenes más, la última de un escudo de Sant Lluís, del que reemplazó la triple flor de lis inmortalizada en el mismo por una imagen de su esposa, una de su hijo y otra suya. Otro modo más de escenificar lo unido que se siente al sitio, a Sant Lluís, su hogar.
Y si bien en el arranque de su discurso admitió Zaca que albergó ciertas dudas cuando Loles Tronch en su momento le planteó hacer de pregonero en este 2025, quiso mostrar su gratitud a la alcaldesa por eso. Y alterando el protocolo habitual, cerró el acto haciendo entrega a la alcaldesa de un dibujo de ella, y tras lo que deseó «bones festes a tots!», a lo que siguió una plétora de aplausos de todos los presentes, sus vecinos y amigos, que quisieron, con esas sentidas palmas, brindarle un merecido reconocimiento, por su ameno pregón y por la calidad humana que destila.
El primer toc de fabiol, con la Junta de Caixers apareciendo al completo, clausuró el programa del pregón de Sant Lluís 2025, a lo que siguió la actuación del grupo La Movida Band. Un gran cierre para una gran velada.