Manuel Nadal de Uhler es un rostro indisociable de la vela clásica en particular y del mundo náutico en general. Capitán de Fragata de la Armada Española, su pasión y dedicación por el mar le ha llevado a disfrutar y experimentarlo desde múltiples vertientes. También a partir de la pluma, como constatan sus libros y diversas publicaciones en la Revista General de Marina (RGM), en que Menorca ha sido, con frecuencia, un tema recurrente.
Ha dedicado su vida al mar. ¿Cómo surge ese amor?
—Me viene de familia. Sobre todo en la familia de mi padre ha habido muchos marinos. También al estar en Menorca siendo pequeño. Siendo niño, solía ir a pescar en llaüt con mi abuelo.
Militar, regatista, juez, directivo náutico... ¿En qué faceta lo ha disfrutado más?
—En todas, la verdad. Siempre he disfrutado mucho de lo que he hecho, tanto en la Armada como después, con la náutica deportiva.
En 1976 funda la Escuela de Vela de Calanova. Tuvo de alumnos al actual Rey, Felipe VI, y las infantas Elena y Cristina. ¿Qué recuerdos guarda de esa época y de sus Altezas?
—Una época bonita. Impulsar la escuela fue una idea nueva. Implantamos un método de enseñanza de la navegación a vela que entonces en España no existía, fue muy interesante, funcionó muy bien. El ahora Rey y las Infantas estaban allí todos los veranos. El entonces Príncipe solía estar un mes interno y las Infantas venían con frecuencia, a hacer cursos de vela y a navegar.
«Corsarios menorquines en el siglo XVIII» e «Internamiento en Mahón de barcos italianos en la II GM» han sido sus últimos artículos en que hace referencia a Menorca. ¿Hasta qué punto el fenómeno corso, sobre todo, o la presencia italiana en los 40, han influido en la historia de la Isla?
—El fenómeno corso tuvo mucha influencia, duró siglos, y sobre todo en el XVIII fue una de las principales fuentes de riqueza de la Isla. Participaba prácticamente toda la población, una actividad curiosa, motivada seguramente por la pobreza que había en la Isla. Funcionaba como cualquier otra empresa, con sus accionistas. Y si uno repasa esa relación de accionistas, encuentra a todos los apellidos de ahora de Menorca. Hasta las monjas de no sé qué convento eran accionistas de alguna empresa de corsarios.
¿De los barcos italianos en la Isla, qué nos puede comentar?
—Tengo grabada la imagen. Tendría 4 o 5 años y me acuerdo perfectamente cuando en 1943 entraron en el puerto. Venían de Italia, después del hundimiento del «Roma». Un crucero y varios destructores, con la cubierta llena de banderas que cubrían a los heridos y fallecidos del «Roma». Con mi familia veraneábamos en Es Castell, en la calle Fontanellas, donde solo había dos casas, la nuestra y la de los Sánchez-Rodrigo, que eran amigos nuestros. Estuvimos toda la mañana viendo los barcos, como trasladaban heridos al hospital de la Isla del Rey. Aquello me impresionó, por eso también hice el artículo, me pareció un tema interesante.
El puerto de Maó ha marcado la historia de la Isla. En la actualidad su importancia dista mucho de la que ostentó hasta el siglo XX. En pleno siglo XXI, ¿qué importancia le otorga?
—Sigue siendo un puerto importante. Aunque ahora se ha hecho el de Ciutadella y la mayoría del tráfico mercante se desvía allí, el de Maó sigue siendo un puerto muy importante. Cuando hay un temporal, los barcos que tienen que ir a Ciutadella vienen a Maó, un puerto amplio y seguro. Ha perdido importancia desde el punto de vista militar, aunque al estar situado en el centro del Mediterráneo occidental todavía tiene cierta importancia, la prueba es que mantiene la base naval.
Entre otros muchos cargos, ha sido director y ‘alma mater’ de la Copa del Rey de Vela Clásica. ¿Al puerto de Maó se le tiene en alta consideración a nivel internacional?
—Sí, por supuesto. Sobre todo por la regata. Una regata clásica, en un puerto clásico. Tiene un encanto muy grande para todos los barcos que vienen de fuera. De las regatas clásicas que se hacen en España, la más importante es la del puerto de Maó.
Todavía está por aclarar el papel de este señor en la concesión de los amarres a Trapsa que casi le cuesta su continuidad al Club Marítimo. Supongo que algún día lo sabremos.