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La camomila de Menorca, un tesoro que busca su sello

La manzanilla de la Isla inicia su camino para contar con su denominación de origen

Un producto local en busca de su denominación de origen

| Menorca |

Es la camomila de Balears, la Santolina magonica, una especie endémica del Archipiélago, «oro menorquín», en palabras de Marc Moll. Un bien natural, defiende el técnico forestal y etnobotánico, además de maestro artesano herbolario, que merece ser protegido. Y ese es el objetivo en que se ha embarcado llamando a la puerta del Consell insular, administración que está colaborando para que en el futuro ese tipo de manzanilla cuente con una denominación de origen. Un proceso que implica mucho papeleo y que es largo (podría alargarse hasta tres años), pero la buena noticia es que se están dando los pasos previos.

El primero de ellos es sentar las bases para que la camomila entre a formar parte del catálogo de productos tradicionales, reconocimiento, explica Moll, que allanaría el camino y que podría completarse el próximo año. Parece que cuenta con los requisitos básicos y el departamento de Economía respalda el proyecto. Prueba de ello es la notable presencia que la camomila tuvo en pasado septiembre en el marco de la Fira Arrels.

Pero ese título necesita además un soporte documental, trabajando la parte más histórica, en la que viene ahondando desde hace unos meses Marc Moll. Con el fin de promocionar el producto ha abierto una cuenta en Instagram para dar a conocer algunas de las virtudes de la camomila menorquina. Oro, como el mismo dice, y por dos razones. Primero, por su elevado precio y el laborioso proceso desde la recogida hasta su comercialización. En segundo lugar, por sus virtudes medicinales, para el sistema digestivo y como relajante muscular, entre otros beneficios. Según explica Moll, dependiendo de si es ecológica o no, el precio del kilo puede oscilar entre 60 y 90 euros.

Por encima de todo, este movimiento que lidera el maestro artesano con la ayuda de la administración, y que en el futuro contará con una asociación como apoyo para seguir avanzando, persigue «fomentar el cultivo para que no se pierda un producto local» en una Isla donde la demanda existente es superior a la oferta. El etnobotánico pone el acento de una forma especial en la palabra «cultivo», ya que al tratarse de una especie protegida la camomila silvestre no se puede recoger para fines comerciales: tan solo un kilogramo para uso personal.

A través de la red social, el experto explica numerosos detalles sobre la planta menorquina. Un producto que actualmente se cultiva en unas siete finca islas de la Isla, solo en dos de ellas de manera ecológica. Un volumen que sitúa a la manzanilla en unos niveles mucho más óptimos que en la Isla vecina de Mallorca.

Aunque las fechas se están reajustando por el cambio climático, lo habitual es que la recolección sea desde finales de mayo a mediados de junio.

Es la camomila de la Isla un producto bien valorado en la Península, en su día más conocida como Manzanilla de Mahón. Una planta que empezó a popularizarse fuera de Menorca a finales del siglo XIX gracias a las obras de la Fortaleza de La Mola, tal y como explica Moll, ya que a los militares allí destinados se llevaban de vuelta a casa flores y ramilletes de manzanilla.

«Se convirtió en un producto conocido y comenzó a haber demanda en las farmacias y droguerías de toda España», rememora Moll sobre una planta que anteriormente se exportaba en sacos y que ahora apenas abandona Menorca. Un producto que considera necesario, insiste, «proteger para que no se pierda», y una denominación de origen sería un importante paso al frente.

1 comentario

QUEL62 QUEL62 | Hace 10 días

camomila mahon

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