No es de extrañar que tanto Benito Reynés como Oriol Humet, los dos hombres fuertes del Menorca continúen escurriendo el bulto cada vez que se les requiere información puntual sobre la deuda actualizada de la SAD. Probablemente, incluso sea cierto que no puedan precisarla dados los frentes abiertos con los que lidian en el día a día para sostener la nave que ha regresado a la ACB con la mochila coheredada (deudas con jugadores, agentes y ex empleados, y demandas, algunas resueltas, otras no).
El 'caso' Sunil tiene un desenlace evidente que va a deteriorar aún más las arcas de la entidad porque tiende a sonreír al ex ejecutivo mallorquín, ahora empleado de Mediapro, cuyo paso por el Menorca queda en la historia negra del club por los errores de su gestión y las consecuencias directas e indirectas de su salida. El pellizco que se va a llevar Bhardwaj asusta pero podía haber sido inferior a la mitad si la junta, asumidos los errores de la renovación y el despido posterior, hubiese procedido de otra manera. Pocas cartas le quedan ya por jugar al Menorca más que decidir cómo y cuándo cumple la sentencia, o ve como los funcionarios judiciales se llevan su caja fuerte y bloquean sus ingresos.