Hace pocos días he recibido varias peticiones de ciudadanos mahoneses para realizar una excursión "mochilera" al Carrer Sant Manuel ya que tenían problemas con deposiciones sólidas y líquidas de perros –en lenguaje coloquial, cacas y meadas- y varios vecinos habían instalado botellas gigantes de plástico llenas de agua para ahuyentar a estos simpáticos cuadrúpedos a lugares más lejanos. Recordé entonces el artículo-denuncia que publiqué en a petición de varios vecinos de Sa Rovellada de Baix, ya que sufrían el mismo problema de meadas colectivas, instalando botellas de plástico llenas de agua. Según me han comentado su problema se ha solucionado, al parecer, con más vigilancia por parte de la autoridad competente.
Mochila, máquina de retratar, motorino y rumbo a la calle de Sant Manuel, que antiguamente se denominaba popularmente Carrer des canons ya que en el Siglo pasado se abrió este camino para poder conectar la Carretera de Es Castell con la de Ciutadella, para el traslado de piezas de artillería a las baterías de costa. Vatuadell cent llamps, había instaladas botellas de plástico llenas de agua a diestro y siniestro, para evitar meadas perrunas. Ahora la denominación popular bien podría ser Carrer des bòtils además del antiguo Carrer des canons.
Entre esta calle y la de Borja Moll, hay un parquing que es la delicia de los vecinos, ya que no está considerado zona AREA, o sea, que es gratis total, pero lo único que se hizo en su día fue asfaltar los tramos de calzada y nada más. No hay pintados los aparcamientos y se observa suciedad a diestro y siniestro, cacas de perros, hierbajos, etcétera.
Supongo que mediante control policial, pipi can en la zona del aparcamiento, se podría evitar la visión de la "batería botellera". En cuanto al parquing una acción de choque por parte de los de Dalt la Sala, asfalto, pintura y limpieza diaria, pero que todo esto no sirva para declararla como zona AREA que el contribuyente ya está hasta los "cataplines" de pagar impuestos. Es sólo una idea, pero sancionando a los propietarios de animales que dejan el barrio hecho un asco –sin duda, debe ser el barrio con más perros- se obtendrían recursos para asfaltar y señalizar la zona de aparcamiento, de ese modo pagarían sólo los incívicos en vez de pagar todos las consecuencias del mal comportamiento de unos pocos. Entretanto, siempre nos queda Dalt la Sala para reclamar acción y dirigir la crítica.