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Adiós a las armas

Una vista más para el veraneante de Son Bou

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Dos meses -dos- dispone de plazo todavía la propiedad de la sala Copacabana, en Son Bou, para derribar los restos del incendio ocurrido el pasado 24 de febrero.

Si Nova Promoció Menorquina, con sede en Palma, agota el término marcado por los técnicos del Ayuntamiento de Alaior, lo que queda del que fuera célebre local de Son Bou seguirá en pie hasta más allá de la mitad de la temporada estival, a pleno rendimiento, en una de las urbanizaciones mejor consideradas de la Isla.

Los veraneantes, por lo tanto, dispondrán de un rincón más junto al Prat de Son Bou, las dunas o la magnífica playa para disfrutar de otra vista que, a buen seguro, les provocará toda clase de comentarios pero ninguno positivo con los que regresar a su país.

Entre la compleja investigación para averiguar las causas del siniestro y la irritante burocracia han transcurrido 93 días y aquella ruina está como estaba, con una amenaza de peligro latente, además del perjuicio que ocasiona a los comerciantes de su entorno.

A la Administración le falta cintura en estos casos para urdir soluciones que neutralicen problemas y los prevengan economizando plazos a los que se agarran los responsables para ganar tiempo.

Sucedió en Fornells con los restos del restaurante Es Pla, donde después de tres meses de espera la solución final derivó en un parche que mantiene vallado aquél espacio limitando el paseo y la panorámica de la bucólica bahía.

En Son Bou, donde abunda el turismo familiar, urge todavía más una salida, sea definitiva o provisional, más allá incluso del impacto visual que provoca el paisaje del incendio, para que elimine el riesgo antes de que haya que lamentar alguna desgracia.

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