Populismo, esta es la palabra que ha elegido la Fundación del Español Urgente (Fundeu) como la más destacada del año 2016. Tras escrache (2013), selfie (2014) y refugiado (2015), ahora se ha optado por este término porque desde el punto de vista lingüístico «está viviendo un proceso de ampliación y significado».
Había hasta doce finalistas. A mi persona humana me ha llamado la atención, y gustado especialmente, ningufonear, una alternativa al inglés phubbing, que se usa para definir la actitud de quien solo presta atención a su dispositivo móvil mientras desatiende a quien tiene delante.
Esta tarea de seleccionar una palabra que defina, resuma o distinga un año no es tarea fácil. Según la Fundeu, populismo se está cargando de connotaciones negativas y suele aplicarse «a políticos de todas las ideologías, pero que tienen en común la apelación emotiva al ciudadano y la oferta de soluciones simples a problemas complejos».
No figura en la lista, pero considero que diálogo también pudiera haber sido una candidata, ya que se ha abusado de ella ante la falta de mayorías políticas. Pero se ha apelado tanto a ella, que al final se ha convertido en un diálogo de besugos o de sordos, porque difícilmente nadie cede por mucho que haya un continuo bla bla, bla.
Y en Menorca, ¿cuál ha sido la palabra del año? Personalmente, considero que una vez más ha sido turismo. Para bien o para mal -según se mire- es lo que nos da de comer y de lo que más se habla.
Y a nivel personal, a qué página hay que ir del diccionario para encontrarnos con el lapidario que nos defina. En castellano, catalán, inglés... hay mucho donde elegir.