La pasada semana, para ser más exactos el día 9, me despertaba con la noticia ofrecida por COPE, que la compañía española Repsol, en las prospecciones petrolíferas en Alaska, realizaba el mayor hallazgo de petróleo de los últimos 30 años. Al día siguiente en «Es Diari» leíamos: "Repsol realiza el mayor hallazgo de petróleo de los últimos 30 años…Los dos pozos, en el suelo de Estados Unidos, se encuentran ubicados en Alaska. Los recursos alcanzan aproximadamente 1.200 millones de barriles recuperables. El plan de desarrollo preliminar de Pikka contempla que la producción se inicie a partir de 2021, con un potencial de alrededor de 120.000 barriles de petróleo diarios", seguía, "El Brent baja un 1,73% y cierra en 52,19 dólares". Se trataba de una buena noticia económica, o sea, más bolsas de petróleo a cuatro años vista; consecuencia, bajada del precio del crudo en el mercado de Londres y la pertinente subida en bolsa, de la compañía Repsol.
Dejo Alaska que está muy lejos, levanto la vista y a través del boinder veo la triste imagen de los cuatro molinos de viento, ubicados en Milá, dos de ellos parados, uno desde hace varios meses y el otro se acaba de contagiar de la misma enfermedad, avería en los generadores, vatuadell cent llamps, la epidemia puede contagiar a los dos restantes y nos quedaremos sin esta necesaria producción de energía limpia y renovable.
Como decimos en menorquín, excuses de mal pagador, presumimos de ser Reserva de la Biosfera, lo que necesita nuestra Isla es aprovechar el viento y el sol con más parques eólicos y fotovoltaicos, generando energías limpias y renovables, para que en un futuro próximo reduzcamos el tráfico de buques petroleros en el puerto de Mahón, para cubrir nuestras necesidades eléctricas.
Apreciado lector, quiero recordarte que para justificar el traslado de la descarga del combustible de Cala Figuera a la Estación Naval de Mahón, las autoridades y empresa de hidrocarburos de aquellas fechas, manifestaron que el tránsito de buques petroleros se reduciría considerablemente y que no era necesario el traslado fuera del puerto, la realidad es que anualmente siguen viniendo unos 30 petroleros, bien sea por CLH o ENDESA.
Broche final ecológico; como ciudadano de Menorca Reserva de la Biosfera, me importa un carajo que el Govern Balear ahorre unos 300.000 euros enterrando los lodos tóxicos de Ferreries, construyendo un sarcófago. Hay que enviarlos fuera de nuestra Isla, seguramente la empresa mallorquina TIRME S.A. está preparada para que sean tratados adecuadamente y puede ser la solución definitiva. Al "muerto" en este caso hay que incinerarlo no enterrarlo.