Hace un par de semanas, trasladaron varias de las obras del escultor Leonardo Lucarini, a la Isla del Rey, procedentes de Ca n´Oliver, donde mi amigo Leo las tuvo expuestas varias semanas, con un éxito de visitantes importante...Actualmente el visitante que vaya a la Isla del Rey, las podrá contemplar ya que están definitivamente en el edificio del antiguo Hospital Naval.
Apreciado lector, seguro que piensas que puñetas tiene que ver las bicicletas con las esculturas, muy sencillo, ya que este día a primera hora de la mañana, una señora montada en una bicicleta, en la parte trasera de la misma un/a menor en su correspondiente silla y casco, circulaba por la calle Infanta, la señora sin casco...contra dirección y sobre la acera.
Después de que me pasara el cabreo provocado por esta irresponsabilidad ciudadana, me acordé de la obra teatral de Fernando Fernán Gómez, escrita el año 1977, «Las bicicletas son para el verano», cuyo estreno fue en el Teatro Español de Madrid, con un éxito de público y crítica. Fernán Gómez nos sitúa en el verano de 1936 cuando estalla la guerra civil. En la ciudad de Madrid, vivía la familia formada por don Luis, su esposa Dolores y sus hijos, Manolita y Luisito. Luisito, a pesar de haber sido suspendido, quiere que su padre le compre una bicicleta. Pero la situación va a obligar a postergar la compra. Y el retraso, como la propia guerra, durará mucho más de lo esperado...
Recuerdo hace muchos años, de niño paseando con mis padres en Nito i na Marieta, en Navidades del año 1955 ó 56, recuerdo como si fuera ayer que en la plaza Bastión, estaba la tienda Ciclos Reynés y en su interior bicicletas de todo tipo...una en especial cuyo tamaño no era ni para niños ni para mayores, marca «Minaco»...una preciosidad, que cuando redacté la carta para los Reyes Magos de Oriente, uno de los pocos regalos que pedí fue esta «Minaco» ... Vatuadell cent llamps, eran otros tiempos hablando de las economías familiares...es tors pasavan amunt.
Noche de Reyes Magos y sorpresa monumental al comprobar que el regalo que me habían dejado, era la bicicleta «Minaco» suspirada...durante un largo tiempo, fui el más feliz de mi barrio, la cuidaba con esmero y en la rueda trasera un naipe de cartón sujetado con una pinza de tender ropa, con el "clec clec clec" parecía una motorino cuando paseaba por la calles, por cierto, con educación circulatoria por si un saig no te llamara la atención.
Vemos que hay ciclistas, que circulan contra dirección y por la acera, por suerte no son mayoría, no respetan las normas generales para circular por nuestras ciudades y caminos vecinales…provocando incertidumbre/peligro con los peatones y vehículos a motor ... El camino de Trepucó, se ha convertido en una vía de circulación de vehículos muy concurrida desde que se ha cambiado la dirección de la avenida J.A.Clavé, tiene una calzada para vehículos y una zona para peatones, si peatones con letras de neón, vehículos incluye las bicicletas y no pasa día que te topes con algún ciclista circulando por la zona de peatones y contra dirección ... añadiendo que la velocidad máxima es de 20 km/hora que casi nadie respeta y muchos días los hierbajos invaden el camino, el peligro es perenne como el vecino el Talaiot de Trepucó.
En es Carrer Nou y costa de Sa Plaça, vemos diariamente como circulan algunas bicicletas a pesar de estar prohibida la circulación de vehículos y no digamos de los patinetes con chavales que bajan la cuesta como si fuera un slalom de patines...es necesaria mas vigilancia policial, para evitar alguna desgracia.
Mi amigo F.B. me ha enviado unas fotos de una vieja bicicleta que está abandonada, si abandonada, porque lleva más de medio año sobre la acera de la plaza Bastión de Mahón...como la pobre esta vieja, oxidada a más no poder, nadie se ha atrevido con nocturnidad y alevosía a "desmontarla" pieza a pieza...mi amigo se pregunta: ¿hasta cuando tenemos que ver esta imagen esperpéntica sobre la acera, sin que la retire la autoridad competente? Estoy totalmente de acuerdo, pero las cosas de Palacio van despacio, amigo mío.
Otra cuestión que dejamos para un próximo artículo moxilero por motivo de espacio, es hablar de los patinetes eléctricos, tema propuesto por J.D., que me ha facilitado información pertinente.