Soy
inglesa y residente permanente en Menorca, voluntaria en la Isla del
Rey desde hace tres años. No quería trabajar en el jardín, como la
mayoría de los británicos y encontré un trabajo en el taller,
restaurando muebles, accesorios de luz y otras cosas.
Cuando
fui por primera vez a la Isla del Rey como voluntaria, me dieron un
trabajo como ayudante de trabajos de construcción. Tuve que
depositar arena en un cubo con una pala de cemento para construir una
pared. Sólo peso 40 kilos y no tengo fuerza, así que decidí que no
era un trabajo para mí!
Sin
embargo, regresé la semana siguiente y les pregunté si podía
trabajar en la sala de los dentistas, ya que la Fundación acababa de
recibir una gran cantidad de equipos dentales antiguos que
necesitaban limpieza y pulido para ser exhibidos.
Completé
el trabajo durante unas semanas y luego comencé a trabajar en la
restauración de una mesa de dentista con cajones. Nunca había hecho
algo así antes, pero realmente disfruté del desafío y aprendí
mucho de mis colegas y otros voluntarios. Después de unos 2 meses,
la mesa después de su restauración estaba reluciente... A
continuación, empecé con una silla de dentista.
Este
trabajo de restauración me encantó, así que pregunté si podía
trabajar en el taller y me presentaron a una encantadora chica
llamada Tonia, que me acompañó al taller de restauración.
Mi
primer proyecto fue una mesa. Era la primera vez que me estrenaba en
este tipo de trabajo. Me enseñaron a usar cristal para quitar el
barniz de la madera. No se utilizan productos químicos en el taller.
Sólo se utilizan métodos naturales. Después de eliminar el barniz,
aprendí a usar pasta para eliminar la carcoma, luego usar el papel
de lija y finalmente volver a barnizar y cera.
También
he restaurado lámparas de latón usando papel de lija fino y una
barrera de masa de metal.
Además
del trabajo, se organizan viajes culturales de vez en cuando para los
voluntarios tanto en Menorca como en otros lugares, relevantes para
la historia de la Isla. Tenemos un almuerzo anual de Navidad, una
Junta General Anual de la Fundación con comida a base de paella. Por
supuesto, cada semana, disfrutamos del famoso desayuno después del
trabajo preparado por Marga y sus colegas colaboradoras culinarias.
Me
encanta la Isla del Rey porque hay una mezcla de nacionalidades que
trabajan por el bien de la Isla y que tienen un objetivo común,
rehabilitar con éxito lo que fue el Hospital Naval, de la mano de la
Fundación Hospital de la Isla del Rey.
Trabajamos
en familia. Mi experiencia en el taller es que trabajamos juntos, nos
ayudamos unos a otros y nuestro jefe, Pepe, sabe de todo lo que tiene
que ver con la restauración de enseres varios!!
Voy
a la Isla todos los domingos y a menos que esté enferma, nunca me
pierdo un día. Es una forma de vida y un gran privilegio formar
parte de la Fundación rehabilitando este viejo hospital a lo que
era.
Es
maravilloso formar parte de un grupo de personas que trabajan juntas
para dar vida a la Isla del Rey.
Para
finalizar quiero dejar constancia de los amigos que he forjado, tanto
españoles como ingleses, con un interés común... la Isla del Rey.
Victoria
Dowie