LA CAPILLA DE LAS MONJAS.
He sido voluntario en la Isla del Rey durante unos diez años; mencione como empece en una carta anterior….
Aparentemente he llegado a ser ‘un comodín', haciendo varios trabajos; reparaciones; construcciones etc. Así ha sido con la Capilla de las Monjas. Me asombró la primero vez que la vi, hace diez años, vagando por el Hospital, una pequeña joya escondida en un rincón, en lo alto de una escalera. Mayormente sin estar tocado por los sinvergüenzas y ladrones que, en años anteriores habían invadido la Isla, cubriendo las paredes con pintadas, rompiéndolas y llevándose puertas y marcos de madera…...Había un servicio al final de la escalera; una cocina con un horno de puerta metálica; un aseo y un comedor donde se le habían sacado todos los azulejos de las paredes. Y ahí estaba –aunque no recuerdo ningún estatua - con sus ventanas de cristal intactas; con la sacristía y el altar…. Se hizo una limpieza, quitando los excrementos de palomas y limpiando las paredes, quedando así durante un tiempo. Llegaron los obreros para pintar los techos y paredes; el altar se limpio y también fue pintado. Entra Mari Paz, la maravillosa dama de las ventanas. No estando satisfecha con fabricar ventanas emplomadas de colores para las Capillas en la planta baja, ha hecho unas nuevas, preciosas ventanas para esta Capilla. Entonces, me pidieron acabar los marcos de madera con arquitrabe curvado. También he cortado una cruz en la puerta de entrada a la Capilla y instalado una rejilla para que no entren las palomas – les importa bien poco donde van ni qué hacen allí.
La Capilla se esta llenando con estatuas de Nuestra Señora, cuidadosamente limpiadas y reparadas. Hay, además, una imagen pintada sobre azulejos que fue encontrada por unos constructores haciendo una renovación en una casa de Maó. Era una pila de azulejos que tuve el gusto de montar hace un par de años y que ha estado guardada desde entonces. Me queda acabar de pintar los marcos de las ventanas; colgar unos cuadros y disfrutar de este lugar tranquilo. Me doy cuenta que vale la pena preservar esta remanente de nuestro pasado histórico. Un día un compañero me dijo que, ya que pasaba tanto tiempo en la Capilla, tendría que hacerme Católico. Tuve que explicarle que me bautizaron en la fe Católico…..!
Por cierto, tenemos unos fotos de las monjas con sus increíbles tocados, estas mujeres extraordinarias, quienes dedicaron sus vidas a nuestro Salvador y al cuidado de los enfermos y necesitados. La primera llegada de Las Hijas de Caridad a la Isla de Rey fue cuando se marcharon los Ingleses en el año 1898. No hubo monjas en la Isla durante la estancia Británica ya que la mayoría de los soldados eran Protestantes. Al llegar, montaron su propio rincón con cocina, aseos, servicio y su entrada particular en la parte trasera del edificio. La imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro estaba en el Hospital Militar de la Isla del Rey, siendo llevada al Hospital Municipal cuando el Hospital Militar se traslado a la carretera de Sant Climent. Permaneció con Las Hijas de la Caridad hasta que el Alcalde de Maó finalmente dio permiso a las monjas para devolverla a su lugar original, o sea a la Isla del Rey.
David Nuttall
Voluntario