El historiador José Álvarez Junco da una extraordinaria lección de equilibrio e imparcialidad en su nuevo libro Qué hacer con un pasado sucio en el que reflexiona sobre la memoria histórica en nuestro país y la compara con los casos de otros como Francia, Alemania, Chile o Sudáfrica. El catedrático de Historia del Pensamiento Político e Historia de los movimientos Sociales ya dio muestras de su altura intelectual y capacidad de análisis en obras anteriores como “Mater Dolorosa” o “Dioses útiles”, así como en su charla en el Ateneo de Maó, en mayo de 2019, sobre los nacionalismos, con los que se muestra muy crítico.
En la introducción de su nuevo libro advierte que el tema “no es fácil de explicar en pocas palabras”. Tampoco lo es hacer una buena reseña de su contenido, aunque, como resume su autor, la mayor parte de sus páginas giran alrededor de un episodio central: la guerra civil española de 1936-1939. “No se trata -afirma Álvarez Junco- de un intento de narrarla una vez más, ni de reinterpretarla, ni mucho menos de rectificarla o de buscar revancha. Es, más bien, una reflexión sobre ella, un deseo de comprender ´como la vivieron sus protagonistas y la explicaron los intelectuales más influyentes del momento, un rastreo de las heridas que aún puedan quedar y alguna sugerencia sobre cómo ayudar a cerrarlas”.
Su propósito no es la de aportar datos inéditos sobre un tema ampliamente estudiado sino efectuar una reflexión global que oscila entre tres terrenos: la narración histórica, la construcción de la imagen colectiva y el rastreo de lo que queda de aquel trauma.
Así Álvarez Junco empieza recordando de forma muy sintética lo que pasó en España, cómo se llegó a la gran crisis política de los años treinta, cómo se desarrollaron los hechos antes, durante y después de la misma, en qué consistió la dictadura de 1939-1975 y cómo se salió de ella durante la Transición.
Intenta también relatar cómo vivieron los españoles aquellos hechos y cuáles fueron las interpretaciones que les proporcionaron sus intelectuales de mayor prestigio, en especial los historiadores; cómo se integró un hecho tan excepcional, tan brutal, en la imagen de la historia de España.
Finalmente ofrece algunas propuestas sobre qué hacer tras aquel trauma, resume qué políticas se han adoptado en relación con las víctimas, y cuáles se podrían adoptar, para superarlo de una vez, si tal cosa es posible.
En su camino trata de distinguir los conceptos de historia, memoria histórica, memoria colectiva y conmemoración, explicando las limitaciones de cada uno de ellos. Como historiador intenta exponer la complejidad del pasado que relata y plantea la necesidad de no obstinarse en la tarea imposible de cerrar el debate sobre la Guerra Civil, el Franquismo y la Transición.
“No intentemos -afirma Álvarez Junco- llegar a un relato único, pactado entre todos, admisible por todos. Estos temas seguirán siempre abiertos a la investigación histórica. Lo único posible, y exigible hoy, es hablar de ellos scon la mayor sinceridad, con la mayor documentación. Pero sabiendo que hay, y siempre habrá, muchas memorias, muchas versiones de la historia. No todas son igual de respetables, por supuesto, y algunas, abiertamente partidistas y perversas, deben ser rebatidas sin piedad. Pero hay que hacerse a la idea de que siempre habrá muchas, y muy variadas, que merecen ser escuchadas”.
Por su rigor, equilibrio, honestidad, amenidad y por la síntesis y datos que aporta, Qué hacer con un pasado sucio merece ser tenido en cuenta y, por supuesto, leído.
Qué hacer con un pasado sucio
José Álvarez Junco
Galaxia Gutenberg
326 páginas