Siempre hemos comentado que una de las fuentes para elaborar el contenido de mis artículos, sois los propios lectores, no siempre estoy de acuerdo en publicarlos, contestando por supuesto al remitente, por correo o telefónicamente...Hago constar que siempre con el visto bueno del Director de «Es Diari».
Esta vez, no he tenido que hacer la excursión mochilera, ya que mi apreciado amigo J.A.F., me ha remitido hace unos días la siguiente información, acompañada de las correspondientes fotos:
«Obras de construcción de una rotonda de enlace del Polígono Industrial de Sant Lluís con la carretera de Sant Lluís a Es Castell
Cada vez que paso por la zona de obras de dicha rotonda siento «vergüenza ajena».
Según el cartel anunciador de las mismas, su plazo de ejecución es de 4 meses. ¿Tenían que ser precisamente los del verano, cuando aumenta tan notablemente el número de vehículos que circulan por las carreteras de nuestra isla? No sé cuándo se iniciaron, pero está claro que, empezándolas por ejemplo el día 1 de marzo, habrían podido estar finalizadas no más tarde del 30 de junio. Téngase en cuenta que por esta rotonda pasa el tráfico entre Maó, Es Castell y Sant Lluís.
Pero, aún peor que este hecho de haberlas podido acometer en meses más adecuados es el «desprecio» hacia los usuarios de la carretera y la mala imagen que se deriva para el Consell Insular, ente promotor de las obras, por lo siguiente:
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Una señalización tercermundista
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Un tramo de pavimento provisional de tierra y piedras, que provoca la incomodidad de una superficie irregular y el levantamiento de polvo
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Una zanja transversal al pavimento de la carretera, cuya falta de relleno adecuado provoca un desagradable clac-clac en los vehículos que inevitablemente pasan sobre ella
En relación a ello, es fácil entender que:
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La señalización es muy, muy mejorable
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El pavimento provisional de tierra y piedras podía haberse cubierto con una pequeña capa asfáltica que mejoraría el tránsito y evitaría la polvareda
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La zanja transversal, estrecha pero suficiente para provocar el desagradable clac-clac, sólo requería unos pocos centímetros de relleno asfáltico para evitar esta molestia a los usuarios y el consiguiente daño a las suspensiones de los vehículos.
En definitiva, pequeños «detalles» que desprestigian a la Conselleria de Movilidad del Consell Insular, pues una adecuada y buena dirección técnica de las obras no debería haberlos permitido. Y, además, se habría evitado la mala imagen que muchos de los usuarios de la carretera se habrán llevado consigo.»
Vatuadell cent llamps, recuerdo la época de mi infancia que mi abuelo en Gregorio Femenías, trabajaba en «Obras Públicas», concretamente conduciendo la apisonadora y el camión que transportaba a los peones camineros...Si viviera estoy seguro que estaría de acuerdo con mi amigo J.A.F., por supuesto también lo está el que suscribe...En época de mi abuelo, un Ingeniero de Caminos y los trabajadores, eran suficientes...Actualmente el departamento de Movilidad del Consell, tiene muchos Jefes y pocos Indios.
Felices fiestas de la Mare de Déu de Gràcia, si vivim coses veurem, amb salut i alegria…
José Barber Allés
Mochilero
josebarberalles@gmail.com