Cuando recibí la invitación para asistir a la presentación de la exposición «Placer a la Menorquina», en el Museo de Menorca, recordé muchas vivencias de mi época juvenil, de cuando mis padres vivían en la calle de la Luna en una planta baja, vecinos del horno de Biel y Paulita, siendo amigo íntimo de su hijo Victoriano. Mis primeros helados los degusté gracias a su madre, que tenía una maquina de fer gelat, que cuando sus labores como panadera le permitían, lo preparaba y llamaba a mi madre na Marieta, le entregaba un vaso de helado per s´al.lot, o sea, para mi...yo encantado.
Recuerdo con cariño, que por calles de nuestra ciudad, solía pasar Luis es gelater, con un carrito de ruedas, siendo empujado, para vender su apreciado manjar, o sea, helados diversos...Durante los veranos, su horario solía ser por las tardes después de comer, que era cuando apetecía degustar un refrescante helado...Era una persona popular y simpática, a los niños de la calle de La Luna, nos ofrecía un corte de helado gratis, con la condición de que le empujáramos su carrito, hasta la aserradora den Nito Busquets, casi al final del Cos de Gràcia...Vatuadell cent llamps, hacía calor del carajo, pero por un corte de helado gratis, a empujar tocan...recuerdo a Victoriano (epd), a Fernando, a alguno mas y un servidor. De regreso nuestro punto de encuentro para jugar era la Plaza Bastión, que nuestras madres nos daban permiso, si nos habíamos portado bien. Por cierto, nos quejamos actualmente del calor que calificamos de insoportable, en aquellos años también los veranos eran muy calurosos y no hablábamos tanto del cambio climático...recuerdo que de niño me bañaban los sábados dentro de una tina de zinc, agua procedente de la cisterna que compartíamos con la vivienda vecina, el horno…Eran otros tiempos, ¿peores o mejores?, cada uno que opine lo que le de la gana.
Vamos a la actualidad, cuando el día 2 del presente mes, se presento la exposición en el Museo de Menorca, territorio muy bien gestionado por mi amiga Carolina Desel, como directora desde hace varios años. La presentación la hizo su Director General, don Iván Leal Gayán. Apreciado lector, con tu permiso, voy a destacar varios párrafos de su intervención:
«...Es para mí, como director general de La Menorquina y como persona, hoy un día muy especial.
Me siento honrado de estar aquí hoy con vosotros y poder presentar esta maravillosa exposición en Menorca, una Isla que para mi es mucho más que mi casa.
Como muchos sabéis, soy de aquí, mi familia es de aquí y aquí crecí hasta los 6 años. Para mi Menorca es mi infancia, son las salidas en barca con mi padre a pescar a la Isla del Rey, son los veranos en el chalet de mi abuela en Binibeca, los experimentos raros con bicis que a menudo acababan mal y los helados...de la Menorquina, claro. Tiempo después aprendí que mi abuelo, al que no conocí, trabajó también en la Menorquina en la década de los 70, como responsable de ventas de Mahón y reportando directamente a Fernando Sintes, casualidades de la vida, o no.
Así, atando cabos entiendo hoy en día por qué en el chalet de mi abuela nunca faltó un buen helado de la Menorquina.
En definitiva, Menorca es el sitio donde gracias a su magia y sus historias – las historias de piratas siempre presentes, el comercio, el horizonte, la curiosidad de qué hay más allá – aprendí a soñar, despertando la curiosidad de descubrir cosas nuevas; sin duda Menorca ha jugado un papel fundamental en definir quién soy yo hoy en día.
Creo que, como yo, muchos de los aquí presentes y la Menorquina también como grupo de personas que es, compartimos esta profunda huella que deja Menorca con el tiempo, permitiéndonos sentirla una parte de nosotros mismos, como nuestra.
La exposición que hoy inauguramos muestra el recorrido década a década de la compañía y su vínculo con Menorca, con el objetivo de que menorquines y visitantes conozcan más su historia, su legado en la Isla y cómo, con el tiempo, ha ido evolucionando hasta convertirse en el primer fabricante de helados de marca propia español que es hoy.
Hemos querido desarrollar esta exposición como un homenaje de la marca a Menorca. Un
emotivo viaje que empieza en 1940 cuando en Alayor, un joven Fernando Sintes, conocido como «El Mestre», desde un pequeño obrador, se atrevió a crear los primeros helados artesanales a base de materias primas de primera calidad, cuando el helado aún era un producto desconocido en el país.
Espero que disfrutéis tanto de la exposición como hemos disfrutado nosotros imaginándola.
¡Gracias a todos por hacer de este día un momento inolvidable y gracias sobre todo a la Isla por inspirarnos tanto. ¡Gracias, Menorca y gracias a todos!» (sic).
El patio del Museo de Menorca, estaba lleno de invitados y clausurando el acto el conseller de Cultura, Educació, Joventud i Esports, el señor Joan Pons Torres.
El pasado miércoles Miquel Ángel Pons, de la cadena COPE, su hija, mi esposa y por descontado un servidor, visitamos tranquilamente la exposición, acompañados por la directora Carolina Desel...disfrutamos de ver su contenido, fotografías, carritos de helados y como «guinda al pastel» degustación de estos sabrosos helados...las señoras se decantaron por el chocolate, un truficono, Miquel Ángel y el mochilero un par de 57...recordando que en mi niñez que no era muy habitual degustarlos, los cortes eran más económicos.
José Barber Allés
Mochilero