En primer lugar, permítanme decir que ha sido un honor conocer a los directores y voluntarios del proyecto Illa del Rei. Es un esfuerzo increíble. Espero poder ayudar como voluntario en el futuro.
Me crié entre la numerosa familia de mi madre, de antepasados menorquines que emigraron a Florida en 1768. Sin embargo, la familia de mi padre emigró de Irlanda, por lo que mi apellido (¡inusual también en Estados Unidos!) es irlandés. Mis nombres de pila, Clyde Andrew, son versiones inglesas de nombres de la familia de mi madre, Claudi Andreu.
La familia de mi madre estaba entre el grupo de 1000 menorquines que navegaron a Florida desde el puerto de Maó en 1768, y oí hablar de Menorca toda mi vida, así que por supuesto tenía que visitarla, y cuando lo hice, me enamoré de la isla.
Me temo que recuerdo muy poco de la visita de la Fundación a Florida. Sabía que se iba a producir la visita, pero por aquel entonces vivía en Jacksonville Beach, a unos 50 kilómetros de San Agustín. Conduje hasta allí y me reuní muy brevemente con algunos de los visitantes. ¡Espero que haya otra visita de este tipo en el futuro!
Enseño escritura de viajes y traducción literaria en el Programa de Escritura Creativa en La Universidad de Boise, Idaho, la capital del estado. Curiosamente, la Universidad tiene también un Programa de Estudios Vascos.
La larga historia de Menorca es impresionante. Los navegantes del Mediterráneo la conocían desde hace miles de años. Los antiguos residentes, la ocupación romana, la edad moderna con sus épocas inglesa, francesa y española. Después, creo que lo que más me impresiona es la belleza natural de la isla, donde muchos kilómetros cuadrados están reservados para aves y animales, sin nuevas construcciones de casas u hoteles. Espero que la isla encuentre la manera de preservar su belleza natural, ahora que tanta gente quiere visitarla, inevitablemente causando problemas de recursos naturales limitados, superpoblación, contaminación e inflación (especialmente en el mercado inmobiliario).
Mis dos hijos (Jesse de 28 años y Gabriel de 21) vinieron de visita el verano pasado. Gabriel es un fanático de la historia, y lo que más le impresionó fue la larga historia de la isla. Visitó y fotografió muchos talayots. Creo que lo que más le gustó a Jesse fue la amabilidad y calidez de la gente de la isla. Después de volver a casa, siguió en contacto con algunas de las personas que conoció.
La emigración de Menorca a Florida es un capítulo fascinante de la historia de mi país. Una historia de inmigrantes muy importante. Hay varios libros muy buenos sobre la inmigración menorquina a Florida, algunos de ellos expuestos en la segunda planta del hospital de la Isla del Rey, en la sala dedicada ello (de Patricia Griffin, Kenneth Beeson, Carita Doggett, Jane Quinn). Un libro reciente y estupendo en español es La odisea de los Minorcans, de Alfons Marti. ¡Me gustaría traducirlo al inglés!
En cuanto a la restauración del hospital en Isla del Rey, es asombrosa. Era una ruina casi total, y ahora es uno de los lugares históricos más importantes de la isla, y las obras continúan. Me sorprendió y alegró ver la maravillosa exposición sobre los menorquines en San Agustín, una ciudad en la que tengo profundas raíces familiares: las fotografías, la información, los libros, ¡incluso una bandera de la ciudad!
Sólo quiero animar a todos los que visitan la isla a que vayan a la Isla del Rey, conozcan su historia y, sobre todo, ¡contribuyan a la restauración del hospital!
Clyde Moneyhun
Futuro voluntario