En tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera y en época de calor abrasador, cuando el sol aprieta con fuerza, no hay que despreciar ninguna sombra. Esta pareja captada caminando por una urbanización de Ciutadella en pleno mediodía deja de lado los miramientos estéticos para protegerse de la canícula con una sombrilla de playa. En otros lugares del mundo es muy habitual ver a transeúntes cobijarse bajo paraguas para evitar quemarse, una práctica que, viendo la escalada de las temperaturas en los veranos menorquines, quizá se haga cada vez más habitual en el paisaje urbano insular. Cuando el sol cae en vertical y los edificios apenas proyectan sombras, caminar con una sombrilla es una buena solución de emergencia. Otra es evitar estar en la calle a esas horas, pero los turistas quieren aprovechar su estancia al máximo.
Sombrillas, paraguas del verano
Foto: Josep Bagur Gomila
Javier Gilabert | Menorca |