Actualmente, con el nivel de vida adquirido en occidente y el llamado estado del bienestar, ocurre un fenómeno negativo para las personas, adultos, niños y adolescentes: la ansiedad.
Ello conlleva que el consumo de fármacos se haga habitual en un porcentaje elevado de la población. ¿Como paliar este fenómeno?
Unos hábitos de vida saludable son necesarios.
Existen numerosos estudios médicos al respecto y coinciden en que la actividad física es gran ayuda. Estimula el sistema nervioso parasimpático que sirve de freno y calma la frecuencia cardíaca y baja la tensión arterial, sino existe una causa grave que la altere, y aumenta la secreción de endorfinas, substancia que provoca sensación de bienestar.
Después de una sesión la tasa de cortisol, indicador del estrés y la presión arterial, bajan. Este estado puede durar un día o dos pero debemos seguir con el hábito del ejercicio físico para obtener estas mejoras.
Se recomiendan tres sesiones de ejercicio a la semana y digamos tres meses consecutivos para observar una mejora en la disminución de la ansiedad. Ello se ha observado en pacientes sufriendo de ansiedad durante diez años.
Se ha comprobado que el tipo de ejercicio que mejor funciona es el cardio, de una intensidad moderada y de larga duración, ya que se liberan más endorfinas. La marcha rápida es ideal. Mejor si podemos salir al aire libre.
Podemos acompañar este nuevo hábito del método de relajación que consiste en inspirar tranquilamente contando hasta cuatro, y expulsar el aire en seis. Este tipo de respiración calma la mente y disminuye la frecuencia cardíaca. Después de una sesión de respiraciones controladas la sensación de calma dura algunas horas. Podemos repetir este ejercicio varias veces al día. Siempre que sintamos ansiedad, tensión o nerviosismo, al ralentizar la respiración de manera rítmica mejoramos la regulación del dióxido de carbono en la sangre. Ello optimiza la oxigenación de los tejidos disminuyendo a su vez la excitabilidad nerviosa. Nuestro cuerpo no es simplemente un vehículo que nos lleva, es el mediador entre nuestras emociones, nuestro estado mental y nuestro bienestar físico.
Una característica del estado de ansiedad es que los pensamientos se suceden, induciendo a un estado de «rumiación» en el que incluso se repiten. El médico y escritor, autor de varios libros y audios, Deepak Chopra, especialista en medicina cuerpo-mente y director ejecutivo del Centro Chopra de salud en La Jolla California, nos dice que la mayoría de pensamientos que nos ocupan la mente son repetidos.
Hablemos ahora del músculo llamado diafragma. Es un músculo en forma de plato abovedado, situado transversalmente en la base del tórax, separándolo del abdomen.
El diafragma es el principal músculo de la respiración. Es importante tener consciencia del movimiento del diafragma para relajarnos. Se encuentra sujetado a las costillas, al esternón y a la columna vertebral. Unas bandas tendinosas llamadas pilares son las responsables de su sujeción. Afecta a la postura corporal, a la digestión y puede ser el origen de dolores lumbares, todo ello cuando la persona está en situación angustiosa y se contrae. Así pues el diafragma interviene con un importante papel en la gestión de nuestro estrés y conociéndolo y prestándole atención mejoraremos nuestro estado de ánimo. Su movimiento es esencial para una respiración relajada y saludable. La tensión y el estrés pueden bloquearlo. Evitémoslos con la técnica de la respiración relajada.