Maó y las familias de las víctimas del buque-presión «Atlante» han renunciado a la escultura proyectada por el Ayuntamiento mientras no se consiga un amplio acuerdo político. Ya advertimos en el primer Editorial sobre este proyecto, el 5 de febrero, que «el Ayuntamiento de Maó debe valorar el acierto de esta iniciativa para evitar que provoque un efecto contrario al deseado».
El equipo de gobierno admitió ayer que «la reacción contraria que ha suscitado, ha motivado una nueva reflexión sobre la oportunidad y la aceptación de la iniciativa». O sea, con la voluntad de cerrar las dolorosas heridas de la Guerra Civil, debe ser posible el acuerdo en torno a unos símbolos de paz y reconciliación aceptados por todos.
Las víctimas del «Atlante», entre las que había sacerdotes con décadas de ministerio pastoral, personalidades de la Menorca de la época como el folklorista Antoni Orfila (Fila-Or) o el canónigo lectoral José Tudurí, asesinados por su fe; y los civiles y militares fusilados por sus ideas conservadoras se merecen un reconocimiento. Un homenaje que represente a todos los que perdieron la vida en aquella contienda para superar la dialéctica ganadores-perdedores.