El proyecto de la Ley Agraria de Balears, que hoy arranca su tramitación en el Parlament, creará, por primera vez, un marco normativo general que incluye todos los aspectos de la actividad agrícola-ganadera de las Islas. A pesar de su reducida aportación al PIB, el sector primario desempeña un papel fundamental para conseguir una gestión activa y eficaz del territorio, así como el mantenimiento de un paisaje rural vinculado a la tradición agraria.
El gran problema de este sector consiste en que los costes se han incrementado -acentuados por la insularidad- pero los precios de los productos se han reducido, de forma que la industria agraria de transformación de Balears es hoy la de menor rentabilidad de España.
El proyecto elaborado por el Govern, que incorpora novedades como la venta directa de los productos en los llocs, precisa ahora de un reglamento para que su desarrollo y aplicación cumpla los objetivos de diversificación e incentivo de la actividad agraria en las Islas.
Al mismo tiempo, debe evitar el abandono progresivo de las fincas, facilitar nuevos aprovechamientos y también respetar las competencias reglamentarias de los consells insulars.