Ayer empezó a aplicarse y a recaudarse en Balears el Impuesto de Turismo Sostenible, más conocido como la ecotasa, con la que el Govern espera recaudar 40 millones de euros durante este año. Los primeros comentarios de los contribuyentes son favorables, porque esta figura impositiva ya se cobra en las principales capitales, a lo que debe añadirse la moderación de los importes.
La reacción de los afectados se aleja de la visión catastrofista que transmitió una parte de la patronal hotelera. En esta primera valoración apuntamos que quienes no puedan asumir el coste de la ecotasa quizá no sean merecedores de consumir los recursos de estas islas.
El Impuesto Turístico no debe ser planteado como un lastre para el sector porque los ingresos que se obtengan han de dedicarse a la mejorar la competitividad de Balears como un destino de excelencia. La aplicación de la ecotasa no será cuestionada en la medida que se cumplan los objetivos que justifican su implantación. Al mismo tiempo, la gestión tributaria debe evitar el fraude con este impuesto. Es imprescindible hallar fórmulas que incluyan a todos los alojamientos, incluidos los vacacionales.