El abandono de la actividad empresarial en Menorca de exportación de biomasa al extranjero confirma las dificultades para el desarrollo y crecimiento de las energías alternativas en la Isla. Los proyectos e iniciativas de energía eólica, solar, el coche eléctrico, y ahora la biomasa, evidencian los problemas que surgen, acentuados por el escaso volumen del consumo local, los costes para generar estas energías -que deben reducir la utilización de combustibles fósiles- y la escasa respuesta obtenida en Menorca.
Cuando el impulso de las energías alternativas aparece en los programas de todas las formaciones políticas con el objetivo de reducir las emisiones de C02 y el 'efecto invernadero', lo que constituyen meros enunciados electorales deben transformarse después en hechos y actuaciones concretas.
Corresponde a las administraciones incentivar, impulsar y favorecer la implantación de estas energías, y los menorquines deben corresponder con una actitud más participativa.
Menorca debe aprender de ejemplos como la menor de las Canarias, la isla de El Hierro, que con el parque de Gorona del Viento ha conseguido la autosuficiencia energética.