La renuncia al escaño del exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y su anuncio de que recorrerá en coche las agrupaciones socialistas de España para recabar los apoyos que le permitan volver a la dirección del Partido Socialista, añaden tensión a la difícil situación de esta formación política. Lo que único que consigue Sánchez es incrementar el incendio interno del PSOE con estos anuncios irreflexivos e irresponsables.
Su 'no es no' condujo al PSOE a un callejón sin salida. Los malos resultados en Galicia y el País Vasco y la inminencia de unas terceras elecciones generales provocaron una revuelta interna encabezada por Susana Diaz bajo el paraguas del omnímodo Felipe González. El golpe contra Sánchez fue una fenomenal chapuza. El exsecretario general pretende abrir la batalla para recuperar el poder.
Pero Pedro Sánchez ha cruzado el Rubicón de manera apasionado y sin calcular las consecuencias, forzando a su partido a una disputa cainita.
Lo relevante para el PSOE y la democracia española consiste en que no se vea desbordado, arrastrado y absorbido por Podemos. El impetuoso Sánchez no mide sus pasos y empuja a muchos a la hoguera.