La formación del nuevo Gobierno del PP abre una nueva etapa política que el Govern quiere abrir con encuentros bilaterales con todos los ministerios para exponer las necesidades de las Islas, basadas en el trato discriminatorio de una financiación que perjudica a Balears. En su día constituyó un error su aprobación y ahora sufrimos las consecuencias.
Rajoy ya ha anunciado que quiere modificar el actual modelo de financiación, lo que exigirá un gran acuerdo con todas las autonomías. Mientras, se puede avanzar, en el caso de Balears, con convenios, inversiones y un nuevo Régimen Especial. Está bien el empeño del Govern, pero lo importante son los resultados. El peso político de Balears depende de la capacidad que tengan nuestros responsables institucionales para conseguir alianzas políticas que permitan hacer palanca en los despachos de Madrid.
Un Ejecutivo en minoría sitúa en ventaja al Govern, pero si logra apoyos para sus reclamaciones. Francina Armengol, que propugnaba un gobierno de izquierdas y ha discrepado con la dirección del PSOE, debe demostrar ahora su capacidad de presión y negociación con el nuevo Gobierno Rajoy.