A pesar de las críticas y el rechazo que suscita entre los padres de alumnos y los profesores la ubicación del Conservatorio de Música de Maó en la Sala Augusta, el Govern balear, el Consell insular y el Ayuntamiento de Maó se han decantado finalmente por este emplazamiento. Según el estudio presentado ayer, la Sala Augusta es «técnicamente adecuada para dar satisfacción a las necesidades del Conservatorio».
El anteproyecto, redactado por el arquitecto Oscar Canalis, se inspira en un anterior diseño, de 2011, elaborado por el arquitecto Josep Llinàs, pero sustituye el aparcamiento soterrado por un escenario con un aforo para 400 espectadores.
Entre las cuestiones a resolver sobresale, en primer lugar, la definición de costes, el presupuesto de las obras a ejecutar y la financiación para obtener los recursos necesarios. La ubicación en la Sala Augusta es precisamente la que mayor rechazo provoca entre la asociación de padres y madres, así como los docentes. Ambos colectivos insisten en las dificultades de acceso y estacionamiento, así como al aplazamiento del auditorio sótano a una segunda fase. Demasiados aspectos que quedan sin respuesta.