Balears sigue liderando la subida del precio de la vivienda en España con un ritmo de crecimiento por encima del cuatro por ciento. Nos hallamos ante un nuevo proceso económico especulativo, aún cuando los indicadores recogen una cierta ralentización, motivada más por el calentamiento de los valores inmobiliarios que por una caída real de la demanda. El alquiler turístico, aún hoy en un limbo legal, ha disparado los precios y distorsionado un mercado todavía afectado por la anterior crisis de la burbuja.
Nos hallamos en una coyuntura que coincide con la recuperación económica. La irrupción de Internet en el alquiler de viviendas incide directamente en el turismo, aunque las instituciones quieran poner trabas legales para impedir las puntas de ocupación en temporada alta y no logran desestacionalizar. Al mismo tiempo, los jóvenes no acceden a la vivienda por los elevados precios. El Consell debe definir la zonas de Menorca donde se podrán alquilar pisos ante esta realidad desbocada. La institución insular debe aclarar sin más demoras la confusa normativa actual y resolver con prudencia la regulación final. Es el primer paso para frenar este aumento de precios.