La intención de la Conselleria de Turismo de regular el alquiler de habitaciones en viviendas unifamiliares privadas constituye una medida de control de esta actividad, cada vez más extendida a través de Internet. Una prohibición total supondría dar la espalda a la realidad y fomentaría la economía sumergida. Se trata de regular este alquiler para que los propietarios obtengan ingresos y también paguen los impuestos.
Podrán acogerse a esta regulación quienes alquilen habitaciones durante 60 días al año, y no podrán alquilar por días o semanas, sino meses completos. Estas medidas favorecen al visitante de estancia larga, con mayor capacidad adquisitiva y alejado del turismo de botellón. Además, en los edificios plurifamiliares habrá que tener la autorización de la comunidad.
El alquiler por sólo sesenta días garantiza tranquilidad y menor saturación durante los otros diez meses del año. El alquiler a través de Internet se ha convertido en un fenómeno imparable porque los interesados -léase oferta y demanda- contactan con rapidez y sin dificultades.
El Govern del Pacte no puede prohibir esta actividad. Ahora se sabrá si la regulación que propone es acertada y eficaz.