La aplicación del reglamento de la Unión Europea que restringe los días en que pueden faenar las barcas de arrastre está llevando la actividad de los pescadores profesionales de Menorca a la paralización. La limitación, en vigor, reduce la salida al mar de estas embarcaciones a solo dos días por semana -con un máximo de 170 al año- lo que, en el puerto de Ciutadella, provoca que las barcas agoten el cupo asignado. La «Vicenta» ya ha tenido que parar y tanto el personal que faena en el mar como el que vende en el Mercat des Peix, hoy cerrado, se encuentran en paro. «No hay futuro para las barcas de arrastre, porque solo dos días de trabajo a la semana no compensa ni cubre los gastos», explican los pescadores afectados.
El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Maó, Pito Quintana, que intervino en la tertulia del Ateneu sobre la problemática de la pesca profesional, afirma que «el sector pesquero de la Isla se encuentra en la UVI». El Consell y el Govern ha de defender el sector pesquero menorquín, que por la pequeña flota, la reducida potencia de sus embarcaciones y menor capacidad de captura, no pueden sufrir las mismas restricciones que los grandes arrastreros.