El Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas acordaron ayer reducir de 10 a 7 días el aislamiento de los casos positivos y contactos estrechos con sintomatología leve o que sean asintomáticos. Esta medida trata de paliar la repercusión del alud de bajas laborales en esta sexta ola de la pandemia sobre la actividad económica. Un impacto que pone al límite muchas empresas para seguir funcionando con normalidad. El cumplimiento de los protocolos de la Covid se ve dificultado por la explosión de los contagios que provoca la variante ómicron. La reducción del aislamiento amplía en cierta manera el margen de maniobra. Este nuevo rebrote de casos está descuadrando las previsiones en todos los ámbitos sociales y sectores económicos.
El gran número de infectados genera situaciones de riesgo tanto en los contactos personales como en las comidas y cenas de estas fiestas. El sector de la restauración acusa con preocupación el rosario de anulaciones de reservas para Nochevieja. Al mismo tiempo, los ciudadanos toman conciencia de la veloz propagación del virus en las últimas semanas y adoptan medidas para prevenir y evitar los contagios. En este escenario, con una Atención Primaria tensionada y desbordada, se están reclamando otras medidas y decisiones para afrontar una pandemia descontrolada, que no ha acabado.