Menorca como Reserva de Biosfera tiene algunos puntos débiles: el sistema de tratamiento de residuos es uno de ellos, pero quizás el principal es que sigue siendo una zona de elevadas emisiones contaminantes, lo que es, en parte, una consecuencia del funcionamiento de una central eléctrica que se reconvierte con muchas dificultades. Apuró al máximo los plazos para adaptarse a la normativa europea y ahora sigue a la espera de la respuesta del Ministerio para utilizar gasoil y reducir la contaminación. Por otra parte, el funcionamiento del cable con Mallorca ha evitado la emisión de 55.000 toneladas de CO2 el año pasado. Con el segundo cable estos datos mejorarían, como es lógico.
Todo el mundo está de acuerdo en que hay que apostar por las energías alternativas y reducir el peso de la central, cuya ubicación es otro factor negativo. Pero las medidas para alcanzar ese objetivo avanzan con lentitud. La propuesta que mañana presenta el conseller de Medio Ambiente al pleno del Consell para acelerar este proceso debería estar pactada con el Ministerio. Porque ya no es la hora de declaraciones de intenciones, sino de llevar a cabo las actuaciones sin tantas demoras.