Encadenar dos trimestres consecutivos con valores negativos en el Producto Interior Bruto significa que la economía de Alemania ha entrado en recesión técnica. La inflación se atribuye como causa principal de esta evolución negativa de la economía más potente de la Unión Europea, aunque también hay índices positivos como el relativo al grado de confianza de los consumidores del país teutón. La turbulencias de la economía alemana no benefician las expectativas para esta próxima temporada, que presenta excelentes previsiones.
Dado el carácter técnico de la recesión en Alemania, es importante saber si nos hallamos ante un fenómeno conyuntural o si asistimos a los primeros avisos serios del cansancio de la llamada locomotora europea. Alemania todavía digiere la salida de Angela Merkel, así como los efectos de un conflicto grave y cercano como es la guerra en Ucrania. La prolongación de la confrontación bélica, circunstancia que todos los analistas confirman, es un factor que no puede obviarse a la hora de entender qué sucede en la economía del gigante alemán, obligado a reducir al mínimo sus vínculos económicos y energéticos con Rusia. Asistimos a las primeras consecuencias del pago de todas estas facturas. Con todo, la fortaleza de Alemania está todavía muy lejos de poderse cuestionar.