Las discotecas Teatre y Fonda Milagros incendiadas este domingo en Murcia, en las que murieron trece personas, no tenían licencia municipal y sobre ellas había una orden de cese de actividad desde enero de 2022. Pero han venido funcionando sin autorización, porque no se llegó a ejecutar este decreto del Ayuntamiento de Murcia, que se personará como acusación particular con el objetivo de depurar todas las responsabilidades.
Las discotecas siniestradas se convirtieron en una trampa mortal para unos ciudadanos que querían divertirse. La Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios exige que se aclare si estos establecimientos cumplían con las medidas de seguridad y aforo. Y la Asociación Balear de Ocio y Entretenimiento (Abone), que preside Miguel Pérez Marsá, advierte que, aun cuando las empresas del archipiélago cumplen «bastante bien» con la normativa, no son pocas las ocasiones en que se pone en riesgo la seguridad de los usuarios por «irresponsables» promotores de fiestas y conciertos. Pérez Marsá afirma que están cansados de denunciar actividades ilegales en locales que carecen de licencia, así como fiestas en fincas privadas y zonas industriales. Es preciso actuar con contundencia para evitar en Balears hechos luctuosos como el registrado en Murcia y sancionar a los infractores.